Y fue así.
El mundo se reducía a un sueño cuando penetraba en ti no existía el miedo ni la miseria, el deseo me consumía, ¿cómo era posible que existieras? No tenia ni la menor idea, pero daba las gracias a un dios, a cual fuese el responsable. Tu respiración agitada me alejaba de la cordura por instantes, pero era normal enloquecer en momentos como ése. Tus besos, tus besos eran exóticos, embriagantes, misteriosos. Y, apesar del calor en que se sumergían nuestros cuerpos tu boca permanecían helada, fue adictivo, al separarse nuestros labios hacia un esfuerzo sobre humano por cerrar mi boca y tragar tu salia, quería conservar la mayor parte de tu esencia en mi, tus cabellos de un negro profundo que reposaban en tu espalda pero era casi inevitable que se quedarán enredadas entre mis dedos, tus caderas, tus pecho, tu corazón, temblaban como si hubiera pasado un cubo de hielo entre ellos, era mágico. Quería que ese momento durará para siempre, pero estar así podría afectar gravemente a mi salud mental, y en un golpe de ironías de la vida como suele ser costumbre mía, me corrí.
Desperté de un sobresalto empapado de sudor y con las sábanas manchadas aun tratando de asimilar que había pasado.
¿Fue un sueño? Era lo más probable pero aun con esa idea
Busque tu silueta entre las sábanas, algunas bragas al pie de la cama o con una blusa me conformaba. Nada, te fuiste sin despedirte o tal vez sin siquiera haber estado conmigo. Durante el periodo de luz de luna que me quedaba no pude consolidar mis ideas con el sueño, cuando el sol comenzó a escabullirse entre los orificios de aquella vieja cortina que colgaba de la única ventana que tenia, el ruido de los coches se incrementaba descomunalmente al paso en que el sol se posaba en el cielo, empezó con un murmullo que crecía y crecía al paso en que se entre tejía con el ruido de bocinas y motores. La gente con trabajo o en busca de uno salía de casa. Y yo que apenas tenía ganas de levantarme esa mañana estuve en la obligación de hacerlo ya que había ensuciado las sábanas deliberadamente y era incomodo estar acostado, me puse los únicos zapatos que tenia con la suela algo gastada, un pantalón andrajoso el cual parecía que había robado a un vagabundo y la única camisa que tenia, amarillenta por el uso excesivo (yo creía que le daba personalidad), tome mi cajetilla de cigarros y una media botella de whisky y salí a ver si tenia suerte y encontraba a la mujer de aquel sueño (seria dificil ya que no le había visto el rostro) pero decidí probar suerte.
Ya casi llegaba el medio día con el cielo despejado, un calor absurdo que hacía que mi camisa se empapara en sudor. Seguí caminando observaba deprabadamente las piernas y el trasero de las mujeres que andaban por mis alrededores, y aunque por momentos una mujer con una buena porción de culo, uno de esos que pueden ocacionar más de un accidente de tráfico, esos que dejan babeando a más de uno se daban a relucir frente mio, no causaron ni la mínima reacción en mi entre pierna.
Caminaba y caminaba, observando y reconstruyendo mentalmente aquel sueño con cualquier mujer que llamara mi atención, al final era en vano. Así que decidí ir al parque más cercano, y ver si el alcohol podría hacer algo para ayudar en mi busqueda.Grave error, el alcohol solo entorpecio mis reflejos y avivó mi apetito, tenia unas cuantas monedas en el bolsillo y habia que decidir la manera mas sensata de gastarlos, o bien devoraba una hamburguesa o me iba por más alcohol, decidí lo más sensato. Y allí estaba yo con una botella de whisky en la mano izquierda, apoyadome con la derecha en una pared y mirando al suelo, estaba en un modo de reflexión que duró hasta que expulse todo el vómito que había en mi, nunca fui muy bueno reflexionando después de todo no había sacado nada bueno de eso, me limpie la boca con la manga de la camisa y continúe en mi busqueda.
Cuando me di cuenta el cielo devoraba los últimos rayos que le quedaban al sol y un par de estrellas se visibilizaban en el cielo rojizo estaba tan ebrio que parecía que van gog había hecho una de las suyas, al cabo de un rato el cielo fue perdiendo su encanto, no habia tenido suerte en mi busqueda asi que me dirigía a mí bar de confianza (tal vez podría conseguir un trago fiado). La calle estaba casi desierta apenas habían un par de almas caminando bajo los postes de luz, el frío se intensificaba en medidas ridículas, así que decidí encender un cigarro (mala idea) lo próximo que escuche fue un pitido en mi oreja derecha y una luz enseguecedora, estaban a punto de arrollarme y la sorpresa hizo que tirará mi ultimo cigarrillo al suelo, me hirvio la sangre, solo esperaba que saliera el hijo de puta para darle una lección (aun que fue culpa mía por, denerme el medio de la calle con la luz del semáforo en verde) pero el habia echo que desperdiciara mi último cigarrillo. Espere unos segundos a que saliera un hombre, no podía estar mas equivocado, ella era hermosa tenia un cabello castaño y ojos verdes esmeralda unos labios carnosos y un cuerpo esculpido a la perfección adornado con un vestido que no dejaba nada a la imaginación ¿podría ser lo que estaba buscando? ¿esto era obra del destino?, supongo que no, se mostró preocupada hasta que sus ojos enfocaron mejor mi pinta de pordiosero, no dijo una sola palabra regreso a su coche lo encendió puso los seguros del auto y comenzó a dar unas serías tundaz a la bocina, la sangre en mi cuerpo se volvió alquitrán, quería arremeter con el coche, pero me traería serios problemas, e hice lo más considerable, y comencé a escupir en su parabrisas, solo me alcanzo para 3 bolas grandes de saliva y mucosidad pero creo que fue suficiente, me fui y continúe mi camino, pero no sin antes acabar con la magnífica frase 《¡vieja puta!》me grito un par de cosas, no le preste atención, estaba bastante decepcionado como para seguir discutiendo con una desconocida.
ESTÁS LEYENDO
El sueño de un loco
Romancematerializar un sueño no es fácil, consta de perseverancia, actitud y esfuerzo, y, con un único que cuento es con una botella de whisky