capitulo II: un bohemio

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Parecía que esa noche era algo especial, el frío no dudaba en mostrar todo su potencial, aremetia con ráfagas heladas al más desinteresado, una bofetada al rostro desprotejido y un puñetazo para un estómago vacío, (los peores momentos de mi vida hasta el momento).
Al cabo de un rato de incursionar en las calles llegue a mi destino, no era la gran cosa, una casucha algo descuidada las ventanas rotas cubiertas con periódicos y una pueda de ojala ta oxidada. El lugar perfecto para los bohemios.
Al cruzar la puerta entrabas a un lugar de lo más pintoresco, allí estaban, ebrios de todos los tamaños y colores hombres o mujeres ; unos cantaban, otros reían y otros lloraban también habían algunos que se quedaron dormidos. Me dirigí a la barra, el cantinero reconoció mi rostro como de costumbre y me saludo amistosa mente con una sonrisa forzada.

-¿qué deseas servirte?- me pregunto.

-Cualquier cosa que sea lo suficientemente fuerte- dije mientras me acomodaba en una silla.

-Espero que esta vez trajeras algo de dinero, este negocio no podrá mantenerse en pie a este paso- dijo mientras vertía alcohol en una jarra.

Asentí con la cabeza, el cantinero suspiro y me dio me porción de trago
Al cabo de un rato el alcohol en mi organismo fue devorando los últimos rastros de conciencia que bailaban frente a mis párpados (ya estaba ebrio) lo suficiente como para no recordar la mitad de la noche, pero no tanto como para quedarme dormido y aun quedaba algo de trago en mi jarra. Había sido un día perdido ¿qué más daba quedar inconciente? Tome mi vaso y retome, aunque a estas alturas ya me preguntaba ¿cómo mierda pagaría el trago? 《Tal vez inicie una pelea》pense mientras vertía el contenido de mi vaso en mi garganta.
Mis párpados comenzaban a pesar, cada vez más y más, ya no tenía fuerza, energía ni dinero, Debí quedarme dormido por 10 minutos hasta que el cantinero me hecho fuera no le gustaba que utilicen su bar como alojamiento, (en especial si no pagaban el consumo). Debió ser al rededor de las 3 o 4 de la mañana, las ráfagas de viento no se hacían desear, y un tal que perforaba los huesos y entumecia el alma.

Definitivamente no era ni el momento ni mucho menos el lugar para un ebrio con el corazón frustrado, pero si había algo a lo que estaba acostumbrado era a sobrevivir a estas situaciones,
Reunir las pocas ganas que me quedaban me puse en pie y continué mi camino.

No tenía muchas ideas de a donde iba a parar, mis piernas se movían solas, y mi conciencia estaba más concentrada en que el sol dejara de esconderse.

Al cabo de un rato como es que esperarse mis piernas comenzaron a debilitarse, mi garganta dolía al punto de sentir el sangrado dentro de ella, el tiempo parecía haberse detenido, la luz no parecía encontrar su cabida entre la oscuridad.

Me recordó a mi niñez,

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⏰ Última actualización: Jul 06, 2021 ⏰

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