La suave lluvia se escuchacaba caer, el techo de tejas oscuras de aquella casa hacia retumbar con más fuerza cada uno de los golpes causados por las gotas de lluvia. Era una pequeña casa, en medio de una isla entre las fronteras de Liyue he Inazuma, donde la tensión se sentía apenas algún barco se acercara más allá de las líneas marcadas entre sus respectivos arcontes miles de años atrás , cada segundo se sentía como si tu vida más peligrara, pero aquello no les importaba a ambos, ya no, ambos desterrados de su nación, las razones eran distintas, completamente diferentes, pero los unía el sentimiento de nunca poder volver a casa, nunca poder volver a aquella tierra qué llamaban hogar, donde las nubes y las montañas les vieron crecer y prosperar, les vieron caer y undirse hasta lo más profundo .
Las armas estaban en una esquina, aquel poderoso catalizador, de metales preciosos he invaluable calidad junto aquella espada tan letal y efectiva en manos del peliblanco, ambas colocadas con el cuidado y respeto debido, aquella era su zona de paz, la única que ambos podrían tener aun en donde se encontraban, aun con quienes estaban, al final ninguno tenia un título digno de presumir, uno era un heraldo de los Fatui, el baladista qué ninguno quería cerca y el otro un exiliado qué había robado la pertenencia de su arconte, aun así ambos estaban tranquilos, disfrutando aquella tradición característica .
Scaramouche había dejado varias de sus vestimentas bien dobladas junto su catalizador, ahora usando una yukata ligera y suave, con bordados de nuves en patrones plateados , sobre preciosa tela morada , era hermoso y sin duda una reliquia qué solo se permitía usar en aquellos momentos, aunque Kazuha estaba igual que cuando estaba en el barco de la capitana Beidou , no se le podia culpar, al final, aquello había sido de imprevisto, no había podido conseguir algo más adecuado para el encuentro.
En la tarde había captado un destello morado pasar junto a el, actuó indiferente en ese momento, como si no hubiera visto nada, cargando algunas mercancías al puerto , pero sentía que su corazón se aceleraba y sus pupilas se dilataban ante la sensación de emoción qué sabia que venía cuando su mente captó esa pequeña llamada , salio de la habitación qué rentaban mientras se mantenían en Liyue , llegando apenas antes de la media noche a aquel lugar en una barca sencilla , en la puerta podía ver sin duda aquel sombrero y ropas tan caracterizticas de su acompañante, la mirada orgullosa y de desprecio que se le atribuian ya no le acompañaba, no ahí.
Volvió al presente, cuando con movimientos ceremoniosos y bien medidos le fue entregada aquella taza de porcelana, estaba pintada a mano, en esta se podrían ver nubes y flores de loto, el pincel qué había pintado era preciso y mostraba la mestria en cada trazo, sin duda precioso, siguiendo los movimientos tomo la taza entre sus dos manos, colocandola como era debido, Scaramouche parecía ver cada movimiento con sumo detalle , como sus brazos y su cuerpo estaba colocados, como hacia una pequeña reverencia antes de probar el té verde, el sabor era un tanto amargo, pero sin duda le traía buenos recuerdos, tardes de risas y calidez con aquel con quien había compartido ese mismo tipo de bebida, pero de una forma más familiar, más amenas y entre sonrisas ligeras, ahora ya no había nada de eso.
Dio el último trago y vio a su compañero asentir con aprobación, lo había hecho bien, por fin.
El de pelo azul tomo la taza, al contrario de cuando representaba su titulo, ahí sus movimientos tenían una delicadeza y elegancia digna de cualquier rey, era suave y paciente , la mínima qué seguro le pidieron en su hogar, le vio tomar también, del lado contrario donde había tomado el, de igual manera podía ver aquellos ojos azulinos empezar a reflejar aquellos pequeños destellos morados, sabia que de la misma manera los recuerdos le llegaban, de una hu otra manera, aun sin hablar, ambos se conocían ya bien.
La ceremonia del té se trataba de la contemplación, de liberar la mente y calmar esta de todo lo que pueda distraerla de cosas más importantes, normalmente cuadros y jardines con la energía bien equilibrada, con pequeños ríos y árboles bien cuidados y mantenidos, pero ellos tenían otra forma, el fatui dejo todos los materiales a un lado, cuidando cada elemento, para luego colocarse en pie y caminar con paso candente a Kazuha, no era la mirada qué siempre contenía mil escudos, era algo que demostraba qué pasaba por su mente, las inquietudes qué después de los años había aprendido a leer, le tomo en brazos, le sentó en su regazo y sus manos fueron hacia el obi plateado qué sostenían aquella tela, no tomo demaciado cuando en simples movimientos la desabrocho, la prenda cayo a los costados en un suave susurro, apenas algunas velas habían estado iluminando el lugar, pero para el marinero fue suficiente para dejarle suspirar, su acompañante era delgado, de una complexión delicada, piel suave como porcelana, marcada con plateadas cicatrices qué estaban por todos lados, cuanto tocaba algunas podía ver los escalofríos qué causaba al otro, pero no tentaba su suerte, si tocaba una incorrecta, aquello le pondría en cierto peligro, era ahí cuando empezaba a besar, con labios húmedos, como si fueran las alas de una mariposa, repasando la nívea piel, causando qué el de menor altura empezará a suspirar de forma suave y pausada, a la par de minutos sentía las frías y pequeñas manos empezar a quitarle las prendas, la paciencia se había acabado...
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[Exiliados] [Kazuscara] [Kazuha X Scaramouche]
FanfictionSolamente quieren estar una noche en aquella tierra. Solamente una noche honrando una tradición centenaria Solo eso desean ¿No?