Drear

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Estaban cerca, podía verlos en la periferia de su visión, escuchaba los gruñidos de aquellas extrañas criaturas de cinco patas, se confundían entre las sombras de los árboles, y estaba tan oscuro que se le hacía imposible saber el número. Pero de una cosa estaba seguro; eran demasiados. ¿dos o tres? No había problemas, podía acabar con ellos. ¿Pero una decena? Eso era otro tema. Había descubierto que eran sensibles a la luz, por ende, al fuego. "Incendio" no era suficientemente poderoso, por lo que tuvo que optar por el "Aviectum ignis", podía mantenerlos a raya con ese hechizo.

El único problema es que el mocoso le estorbaba, de todos con los que podía haber quedado atrapado en aquella isla maldita, justamente fue el gran Harry Potter el elegido.

Ahora mismo la única opción era correr y encontrar un lugar en el cual refugiarse, antes de que decidieran dejar de jugar con su comida y atacar. La situación le exasperaba, si solo hubiera sido Malfoy pudiera obtener un poco de ayuda, pero el Joven Potter no sabía ni siquiera quitarse del medio. Así que incendio tendría que bastar para al menos repelerlos sin lastimar al maldito niño. Sus piernas ya estaban sintiendo un ardor muy molesto, sentía que le fallarían en cualquier momento, pero no podía parar aquí, todavía tenía que conseguir ese puesto que el viejo no le quería dar.

*Nueve horas antes*

La clase de pociones iba de maravilla, quitando a algunos Gryffindor de la ecuación claro, en especial a Neville Longbottom, quien era un soberano desastre en su clase, ya estaba de más explicarle que tenía que usar las cucharas de medir antes mezclar los ingredientes, pero le entraba por un oído y le salía por el otro, los únicos que podía considerar a la altura de sus clases era a Draco Malfoy, la señorita Granger y por más que no quisiera aceptarlo, Potter hijo no tenía un nivel tan mediocre como él mismo quería dejar ver.

— Profesor Snape — Harry levantó la mano esperando ganarse la atención de su maestro. Quien se acercó a su mesa de trabajo.

— ¿Si Potter?

— Quisiera saber dónde se pueden conseguir las espinas del shrake. Si alguna vez tengo que hacer esta poción fuera de clases me gustaría poder conseguir mis propios ingredientes.

Bueno. No era tan incompetente el mocoso. Luego de explicarle y de responderle algunas preguntas más, Neville que estaba sentado junto a Potter le dirigió la palabra

— Profesor, tengo una duda, si la poción curadora de Forúnculos lleva 5 babosas cornudas, y solo tengo babosas normales la poción funciona igual ¿no?

— Por favor déjese de juegos señor Longbottom, no quisiera tener que mandarlo a detención, creo que expliqué bastante bien la preparación de la poción, incluso la escribí en la pizarra, pero más importante, se acercó al muchacho lentamente, con un claro rastro de molestia haciéndole ver intimidante — de donde saco usted que eran cinco si yo muy bien especifique que eran cuatro, o quizás es que ya se le olvidó leer al señor Longbottom.

El nerviosismo terminó traicionando al joven muchacho y derramó un líquido verde−azulado en su caldero hirviente, y como siempre, terminó explotando, la poción les salpicó encima a Harry, que estaba sentado junto a Neville, y a Snape, él  logro esconderse bajo la mesa antes de mojarse previniendo la inminenteexplosión.

Cuando se limpió la viscosa sustancia de la cara abrió los ojos estaba dispuesto a regañar al estúpido Gryffindor, pero para su sorpresa ya no estaba en el salón de pociones, estaba en una playa, y frente a él estaba Harry Potter sentado en la arena intentando quitarse la misma sustancia del rostro.

¿Qué carajos estaba pasando?

                                          *Ahora*

ISLA MALDITA (Snarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora