Llevábamos horas caminando y ya casi amanecía, los pies nos pesaban tanto que cada vez el caer derrumbado al piso parecía más cerca. La carretera se encontraba casi vacía, lográbamos ver un auto cada tantos minutos y el único ruido que escuchábamos era el de los animales del campo moviéndose entre la hierba, el susurro de los árboles junto al viento a un lado de la carretera. Mark acomodándose la chaqueta me miró buscando alguna palabra de ánimo
¿Por qué tuvo que terminar así? – Dijo mientras miraba al piso cabizbajo.
No supe qué contestarle ya que realmente yo tampoco tenía la respuesta para eso así que simplemente mantuve el silencio y seguí con nuestra marcha. Mark parecía inquieto por culpa de que no le había dado una respuesta buscaba la mirada de mis ojos como intentando de que le dijera algo, pero realmente yo estaba tan desconcertado como él, sentía culpa de no poder darle un consuelo siendo su hermano mayor.
El sol ya pegaba con fuerza, parecían ser al menos las 11 de la mañana y seguíamos caminando sin rumbo. Un portón de madera se abría dándole salida a una carreta ostentosa con caballos que parecían muy fuertes siendo guiados por quien parecía su dueño. Nos miró a los ojos delatando una expresión de preocupación por nosotros.
¿Están bien? – Preguntó mientras se sacaba el sombrero posándolo en su pecho
Con Mark nos quedamos mirando asombrados por la preocupación de este señor sin saber siquiera qué responderle, a esta altura ni nosotros sabíamos cómo realmente estábamos. Como hermano mayor alcé la voz.
La verdad no, llevamos toda la noche caminando sin rumbo sin saber a dónde parar.
¿Y su hogar? – Dijo él.
Ya no podemos volver ahí, ocurrió algo que lo cambió todo y ya no sabemos a dónde ir
Lamento oír eso, creo que lo mínimo que puedo hacer por ustedes es que sean mis invitados en mi casa por hoy, me llamo Jaime, por cierto.
La invitación me tomó completamente por sorpresa, parecía una persona en la cual confiar y no me podía dar el lujo de rechazar tal oferta, no habíamos dormido nada ni menos haber comido. Mark me miró rogando que aceptara la invitación.
Acepto la invitación completamente agradecido, prometo que se lo pagaremos de alguna forma. – Dije haciendo una reverencia con la cabeza.
¡Muy bien! Síganme, ya casi debería estar listo el almuerzo – Dijo él poniéndose en marcha hacia su casa.
Le entregó la carreta cargada a uno de quienes parecía ser su trabajador y lo dejó ir. Entramos a su parcela y cerró el portón detrás de nosotros.
Era un terreno gigante con una gran casa en medio, 2 establos, invernadero y piscina. Esta gente debe ser millonaria pensé mientras avanzábamos hacia la casa. Mark seguía sin decir ni una palabra desde que nos cruzamos con Jaime, se limitaba a avanzar hacia la casa caminando con timidez como si se estuviera protegiendo de algo.
Llegamos al pie de la casa, subimos una escalera y Don Jaime golpeó la puerta 2 veces... no hubo respuesta. Golpeó una tercera vez mientras gritó "¡Isabella!" A los segundos abrió la puerta una mujer robusta de su misma edad a simple vista, unos 40 y tanto.
Serán nuestros invitados por hoy – Dijo Don Jaime a la mujer.
Ella lo miró con una cara un tanto molesta, como si quisiera decir que ella no nos daba la bienvenida, pero nos aceptaba por él.
¡Hola! Mucho gusto, muchas gracias por abrirnos la puerta de su casa – Dije yo mientras movía mi mano en gesto de saludo.
Hola... - Dijo Mark casi susurrando.
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Huésped
Mystery / Thriller"Por qué tuvo que acabar así?" 2 protagonistas que escapan hacia un destino incierto.