Con una mezcla de desdén y alivio por tener un cuerpo físico después de mucho tiempo, Ryoumen Sukuna finalmente se tomó el tiempo para conocer su nueva nave.
Parpadeó.
Parpadeó de nuevo.
Lo hizo tres veces más.
Y... ¿Meow?
- ¿Qué diablos?
Un s...
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Resumen: Yuuji y el gato rosa pasan semanas juntos.
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Después de la primera noche lluviosa que el gato pasó con él, lo encontró cerca de su cara. Su pelaje le hizo cosquillas a la piel de Yuuji y con las suaves corrientes de luz solar que se filtraban a través de su ventana, vio que el pelaje rosado del gato era realmente idéntico a su propio cabello único.
Apoyó el codo en la almohada y apoyó la cabeza en la palma de la mano, con la otra mano lanzándose para comprobar la herida del gato, pero antes de que pudiera hacerlo, se despertó, las orejas se levantaban y temblaban con cada movimiento que hacía Yuuji. Sus ojos lo miraron mientras Yuuji simplemente se conformaba con acariciar la cabeza del gato en lugar de entrometerse en la herida del gato.
Inmediatamente escuchó algunos maullidos de protesta, pero también empujó su cabeza más cerca y más fuerte contra la palma de Yuuji.
El gato no solo era extrañamente rosado, también era un tsundere.
Yuuji dejó al gato en el sofá, levantándose y haciendo estiramientos ligeros. Se frotó los ojos con la palma de la mano y se estremeció ante el dolor que encontró.
Maldita sea, ¿estaba llorando anoche? Yuuji parpadeó varias veces.
...y luego se acordó.
Abuelo. Sus últimas palabras. Salva a cualquiera. Incluso solo uno.
Yuuji se congeló en su lugar, la energía del día que tenía desde que se despertó desapareció de su cuerpo en un instante, dejando a Yuuji con una sensación de dolor en su cuerpo y corazón.
— No puedo llorar de nuevo... — Murmuró Yuuji a nadie más que a sí mismo mientras miraba hacia el techo viejo, forzando a sus lágrimas a retroceder. — No tengo tiempo.
Yuuji se dirigió a su cocina, abriendo la pequeña nevera mientras buscaba cualquier ingrediente que pudiera cocinar. Solo encontró un tarro de leche casi vacío (que estaba seguro ya estaba estropeado) y dos huevos.
— Huevos fritos entonces. — Agarrando su única comida del día, cerró la puerta del frigorífico con las caderas, agarrando una sartén y la botella de aceite de los armarios.
Yuuji trabajaba bastante bien en la cocina. Su abuelo se aseguró de que viviera bien por su cuenta antes de que no pudiera hacerlo. Ha preparado sus propias comidas desde los diez años. (Claro, rompió platos y admitió que quemó su comida la mayor parte del tiempo antes, pero su abuelo siempre alborotaba su cabello con un suspiro, diciendo las palabras que Yuuji tenía cerca de su corazón y grabadas en su mente:
"Los errores están bien, Yuuji, especialmente cuando no conoces algo. Es el proceso de aprendizaje. Solo asegúrate de no volver a hacerlo".
