Mi mejor amigo

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Capítulo 1

Madison

Un rayo de sol aparece por la ventana, mis ojos arden de tanta luz. Siento como si alguien me estuviera lamiendo la oreja, un aliento asqueroso se cuela en mi nariz, con los ojos entreabiertos puedo ver a Barak encima de mi cama.

—Hola pequeño. —acariciándole la barriga—

Recuerdo el primer día que lo conocí, ese día llovía tanto que preferí esperar en la biblioteca de la escuela. Una hora después, la tormenta había pasado y el cielo estaba despejado. Caminé hacia casa escuchando música pero decidí frenar cuando vi una caja en el medio del camino, me saqué los auriculares y me acerqué, podía oír un aullido triste. Cuando abrí la caja, lo vi... vi a un cachorro asustado y con mucho miedo. Sus ojos transmitían dolor y soledad, pero al mismo tiempo te hacían viajar a otra dimensión, era tan pequeño que lo sostuve en mis brazos hasta llegar a casa. Pude convencer a mis padres fácilmente y desde ese día él y yo somos inseparables, desde ese día Barak se convirtió en mi mejor amigo.

—Que haces mirando la ventana, cariño? —me miró algo preocupada—. Llegarán tarde a la escuela.

—No te preocupes, ya es casi costumbre. —siendo sarcástica—

Mamá me aniquila con la mirada antes de bajar las escaleras. Trato de cambiarme lo más rápido posible cuando mi teléfono suena, era Samantha. Conozco a Sam desde hace mucho tiempo, para ser exactos, desde hace 11 años. Sam es de esas personas carismáticas y alegres, su cabello es colorado y sus ojos de color tierra combinan a la perfección con su rostro.

—Donde estás? —exaltada—. Anunciarán las notas de Historia.

—Mierda, estoy saliendo de casa— poniéndome las medias—. Llámame si dice mi nombre.

Corté la llamada y apuré a mis hermanos, después de 10 minutos habíamos llegado. Entré al aula y la maestra Collins estaba sentada en el escritorio, llevaba una falda negra hasta sus rodillas y una blusa color crema.

—Señorita Brown, llega tarde—suspiró mientras se levantaba—. Apuesto a que se quedó dormida?.

La mire de reojo mientras tomaba asiento. La maestra Collins puede hacerte quedar mal adelante de toda la clase con tan solo un comentario. Así que ahí estaba yo, tratando de controlar toda mi impulsividad.

—Shhh, silencio! Empezaré a decir sus calificaciones, si obtienen menos de seis deberán hacer otro examen.

Estaba tranquila porque sabía que me había esforzado para conseguir una buena calificación. La maestra Collins se acercó y dejó el examen en mi escritorio.

—Dormilona pero estudiosa—susurro—. Felicitaciones Señorita Brown.

Una sonrisa se asomo en mis labios cuando vi el diez en rojo, después de veinte minutos la clase había terminado. Traté de saludar a Sam antes de salir, pero no logre alcanzarla. Llegando al final del pasillo acelero el paso para llegar lo antes posible a casa y no preocupar a mamá.
Pum, tropiezo con alguien y mis libros caen al suelo...

—Lo siento, no te vi.

Cuando levanto la mirada veo a Jacob Johnson. El tiene la misma edad que Blake, ellos juegan juntos al futbol americano. Pero por lo que sé, no se llevan muy bien.

—La próxima mira por donde caminas.

Estaba a punto de contestarle, pero para cuando levante la cabeza el ya se había ido. Alce mis libros del suelo y salí desesperada por la puerta, sentí la brisa del viento en todo mi rostro y agradecí eso, de verdad lo hice. Tome rumbo para casa, aún confundida por lo que había pasado hace unos minutos. Creí que Jacob era alguien mas gentil, y yo sé que idealizar a alguien es algo muy malo pero también es algo inevitable, es como la necesidad de confirmar que el ideal que pensamos e imaginamos, existe, es real.

Amor MutuoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora