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¿Había escuchado bien? Su profesor, el hombre que lo tenía jodidamente loco, ¿Quería follarlo? Al escuchar tremenda propuesta, acompañadas de palabras sucias, provocó en Mark un calor inmenso. El ambiente cambio drásticamente como la tranquilidad del joven, ni siquiera se percató que su cuerpo lo traiciono.

- Oh cariño, te gustaría que te folle aquí y ahora mismo, ¿No es así? Tu temblorosa boca lo demuestra, las inquietas manos y piernas también; te acabas de arquear y esa lengua, la cual acabas de pasártela por esos rojizos labios, te delatan -Taeyong dejo su anterior posición y camino decidido al lado de Mark y se recostó por el escritorio, acercando su rostro al del menor -Habla Mark, no te voy a morder, aun -sonrió coqueto.

Mark en ese momento maldijo a su cuerpo por ser tan obvio y a Taeyong por ser tan inteligente. Pero ¿Que podía decirle? Taeyong esperaba, conteniéndose, por su repuesta y Mark mentiría si le dijera que no quería que lo follase, pero también pensó en sus sentimientos, quería que Taeyong lo follase, pero también lo quería a él. Sabía que una oportunidad como esta no se le presentaría nunca más. Una parte de si, su dignidad, exigía que le diese una cachetada; mientras que otra parte, su deseo, exigía que ese hombre lo tomase.

Al parecer le estuvo dando muchas vueltas al asunto porque en un momento pudo divisar como Taeyong se alejaba de su rostro y hacia amague de irse haciendo que en Mark se activase una alarma. ¡A la mierda la dignidad! él quería esto así que, como auto reflejo, lo tomo rápidamente de las muñecas.

- ¡No! ¡Joder! espere, y-o... -no pudo ni siquiera terminar porque una caliente boca atrapó la suya. Taeyong lo estaba besando y Mark se sintió derretir como azúcar en el café. Luego lo cargó y lo sentó en sus piernas. Mark con miedo a caerse, se agarró del cuello contrario, volviéndose loco por más contacto, hasta un gemido se le escapó provocando un eco en ambas bocas.

- Sabia que lo querías tanto como yo -siseó Taeyong con voz ronca, apretando ahora su trasero.

- Ah... shh -gimió nuevamente cuando su profesor empezó a besarlo en el cuello. Mark se sentía enojado todavía, era ridículo que, en un intenso momento, como este, aun se acordase de su nota, pero las succiones y besos por todo el largo de su cuello lograban ablandarlo, Taeyong sabia como jugar. En un momento lo mordió, ganándose un fuerte "Ah" de Mark, sin embargo, este no lo alejo.

- Te dije que aún no te iba a morder -rió arrogante- Te deseo tanto Mark -admitió.

Como respuesta el pelinegro se acomodó mejor, posicionando cada pierna a los costados y rodeo con ellas a todo su Profesor, tal Koala aferrándose a un bambú. Empezó a moverse hacia adelante y al hacerlo clavaba sus talones en la espalda del contrario por la fuerza ejercida, así ambas erecciones se friccionaban.

- Ohh, ¿Así que quieres esto? -preguntó el mayor con una voz llena de excitación- Tengo algo mejor bebé.

Con una mano llego hasta el pantalón escolar del pelinegro, abrió el cierre y saco la erección de su alumno, hizo rápidamente lo mismo con la suya y junto ambos miembros para empezar a masturbarlos a la vez.

- Oh profe... -suspiró el menor, escondiendo su cara en el pecho de Teayong. Este, con la mano que aún estaba libre, lo atrajo más a él.

- No te avergüences Mark, gime para mí, vamos -y así lo hizo el nombrado. Se desahogó en suspiros y gemidos, todos cerca de la oreja de Taeyong. Poco después ambos se corrieron, Mark con una gran arqueada y Taeyong diciendo su nombre.

Del escritorio ya habían caído muchas cosas, por el mero hecho de que Taeyong se había sentado completamente para poder cargar a Mark cómodamente. Tomo la cara del menor porque todavía se hallaba escondido en su cuello, tratando de volver a respirar con normalidad y junto ambas frentes.

Profe - YongMarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora