4. ¿Recuerdos? ¿Ahora?

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(Habla Killua)

Gon estaba agarrado a mis caderas con sus manos, mientras que yo besaba sus labios, estando sobre él.

Hace ya mucho que no lo hacemos, pero esta sensación es imposible de olvidar.

Sus manos dando suaves caricias por mis caderas y muslos... Mis piernas con un leve temblor que provocaban los estúpidos nervios...

Si lo he hecho ya con él... ¿Por qué tiemblo?

Quizás esta preocupación es de...

-Gon~- solté sus labios y sentí como tenía más calor y subía la temperatura.

-¿Qué pasa?- dijo extrañado.

-¿De verdad que Zushi y Alluka están bien?- era una pregunta estúpida en esta situación pero... Me preocupaban esos dos...

-Perfectamente, estoy seguro- afirmó tranquilo y sonriente.

Daba igual lo mal que estuviera la situación... Nunca perdía esa sonrisa.

Excepto aquella vez...

Gon se disculpó por lo que me dijo pero

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Gon se disculpó por lo que me dijo pero...

¿Por qué estoy recordando esto ahora? No es el momento.

-Killua- decía mi nombre entre mis besos. -Quiero hacerlo ya-

-Voy a por el lubricante-

Estiré mi brazo hasta el pequeño cajón al lado de la cama y encontré el pequeño frasco.

-Queda poco- dije poniendo en mi mano ese viscoso líquido. -Tenemos que comprar más-

-Mañana compraremos, no te preocupes-

Empecé a deslizar mis dedos por el miembro de Gon mientras tanto, él solo gemía por los roces.

-Killua~- decía entre gemidos abrazado a mis caderas.

-¿Qué ocurre Gon?- susurré en voz grave de forma divertida en su oreja. -¿No te gusta lo que hago?-

-S-sí Killua~- a penas podía hablar con claridad. -Pero no puedo más~ ah~-

Desde que esa vieja vino el día siguiente a cuando lo hice con Gon, he estado un poco distante a sus besos por vergüenza.

Pero sin vecinos a los lados era de lo más tentador esa situación.

Solo iba a masturbarme con él para no hacer tanto ruido pero...

-Gon- puse mis manos en sus hombros. -No te muevas, déjamelo a mí-

Acerqué mi entrada y su miembro entró de forma inmediata.

-Ah~- gemimos al mismo tiempo.

No recordaba que fuera tan grande... ¿Puede crecer más?

La aventura continúaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora