Bear Family | Johndo

ʕ•ᴥ•ʔ : Ositos dormilones

DongHyuck: 9 años

— Pst... Papá —susurró Donghyuck en la oscuridad, hacia la habitación de sus padres.

— Mmh... ¿Q-qué pasa? —dijo Doyoung, somnoliento.

— Necesito una cartulina... Para mañana —dijo rápido.

— E-está b-... ¡Maldita sea! ¿Cómo que para mañana?

El grito despertó a Johnny detrás suyo. Se levantó alarmado.

— ¿Q-qué pasó? Dios, no grites así si estoy cerca —Johnny tocó su pecho, respirando agitado,— ¿Cuándo te dijeron?

— La semana pasada... —Donghyuck cerró sus ojos, esperando lo peor.

— Haechan, Haechan... —Doyoung se levantó,— No tienes idea...

Caminó hacia su armario y lo abrió; Johnny se puso a reír y Donghyuck abrió los ojos con miedo.

— P-pero q-...

— Escoge un color y te la llevas —Doyoung le mostró una cantidad de cartulinas de muchos colores escondidas al fondo,— ¿Sabes qué? Mejor ven a dormir, ya es tarde. Acuéstate aquí con nosotros y mañana escoges una.

Donghyuck caminó hacia la cama y se acostó al lado de Johnny; de inmediato Doyoung se acostó al otro lado quedando el menor al medio.

— ¿Por qué hay tantas cartulinas en ese armario? —preguntó el del medio riendo.

— Porque tenía la sospecha de que algún día pasaría esto —contestó el mayor dormitando,— Ahora duerme que mañana hay clases.

— Buenas noches papás, los amo —dijo Donghyuck cerrando sus ojos.

Johnny vio a sus dos mayores tesoros juntos durmiendo y sonrío para sí; los amaba, y mucho.

Cerró sus ojos y de inmediato cayó en brazos del Morfeo.

— ¡Maldita sea, Johnny! —se levantó desesperado, despertando a los contrarios,— ¡No escuchamos la alarma!

Johnny se levantó rápidamente y cambió su ropa al igual que Donghyuck, que aún no despertaba del todo. Doyoung, aún en bata, preparó unas tostadas rápidas para su pareja e hijo y al llegar los contrarios a la cocina, se las dio.

— No alcanzan a desayunar aquí, se las comen de camino —con un poco de fuerza los movió fuera de la cocina,— Ahora, vayan o llegaran más tarde...

Johnny dio un beso corto al más bajo, mientras Donghyuck lo abrazó.

Doyoung al verlos marcharse, se prometió despertar más temprano al día siguiente para que no volviera a pasar.

Pero todos sabemos que los ositos son buenos para dormir ¿Cierto?

Ninguno de los adultos se percató que el menor jamás sacó la cartulina del armario e iba con las manos vacías a clases.