Miradas eternas

13 de octubre- 2004

Corrientes de aire movían el cabello de Florencia, tan sumida a su lectura, que ni cuenta se dio cuando su amiga llamo su atención

-Florencia te estoy hablando-

-Si perdón, este libro es increíble-

-Ya sabes que odio los libros- y agregó-Con respecto al chico que conociste en el grupo de Messenger ¿Qué onda con él?

Un leve sonrojo se hizo notorio en el rostro de Florencia

-¿Te gusta?- Su amiga salgo en alegría

-¡Claro que no!-

-Claro que te gusta-

-Solo me gusta su personalidad, y el colmo es que aún no lo conocí-

30 de octubre-2004

Tantas formas tiene el amor y justo la más bonita les tocó a Florencia y a Gastón, dos amores tan desiguales e iguales a la vez. Tantas personas podrán decir que el amor a distancia no existe, como lo solía decir Gastón... pero ¿Quiénes son para cuestionárselos?

15 de noviembre-2004

Carcajadas salían de la boca de Florencia, chistes y más chistes completaban el lado cómico de Gastón. El ambiente se puso tenso cuando este dejo de hablar

-Te sucede algo- pregunto Flor

-Sí, tengo que hacerte una pregunta, pero no sé si será de tu agrado

-No lo sabré hasta averiguarlo

-Bien- Se escuchó como alguien tosía- Señorita Florencia, me haría el honor de ir a ver un concierto de callejeros en la Republica de Cromañón este 30 de diciembre

Todo fue tan repentino, las preguntas que se hacia ella en su mente: ¿Ir? ¿No ir? ¿Y si no soy lo que espera? ¿Qué pasa si me asusto y salgo corriendo?

-¡Claro!- Respondió Flor

-Genial, no aguanto las ganas que tengo de conocerte. Todo este tiempo fue un sufrimiento para mí hablar contigo a través de una pantalla. ¡Callejeros! Es mi banda favorita encima. Bueno me tengo que ir, hablamos después, te quiero- corto

Ni una palabra más que ¡Claro! salió de su boca, pero solo se quedó pensando en su: Te quiero...

20 de noviembre- 2004

Los días seguían transcurriendo y las ansias fluían por el cuerpo de Florencia, era tanta la necesidad de verlo, que le preguntaba todos los días si se había arrepentido de la salida. Él le contestaba que no, que estaba igual de emocionado, pero la inseguridad y ansiedad se apoderaba de ella.

Quizá porque nunca antes había conocido a alguien así, quizá porque el maravilloso hombre que había conocido en internet, le provocaba las famosas mariposas en su panza. Una sola cosa le faltaba en su vida, y era Gastón.

Y así paso un mes…

30 de diciembre- 2004

Se miraban por el espejo dando sus últimos retoques, sus últimas miradas a ellos mismos, oliendo y sintiendo el perfume de su ropa

-Gastón cuídate, no quiero problemas- repetía su papa por quinte sima vez

-No pasara nada, vos tranquilo, no sé a qué hora volveré, así que adiós- se despidió de sus padres con un beso y abrazo

Dio rumbo al boliche. La euforia lo comía, tan emocionado por ver a la chica que lo traía loco y tan entusiasmado por ver a su banda favorita

Chicas bailando, chicos borrachos, la multitud loca escuchaba al furor del momento, callejeros

Todo era luces y fiesta, alegría y diversión, tan cegados a su adolescencia...

Una cierta conexión de Miradas hubo en el lugar, esa conexión que cualquier persona diría que es imposible, pero para ni Flor, ni Gastón que Vivian el momento, era imposible

Viéndose por primera vez después de dos meses, sintiendo su presencia, y con tan solo esa mirada, descubrieron que su amor iba más allá de las redes

Ambos se saludaron con un tímido hola.

La sonrisa más sincera que puedo haber dado Flor en su vida, se la dio a él. No hacía falta describirlo físicamente, con tan solo verlo, Gastón era el mundo para Flor, y Florencia, era el mundo para Gastón

Callejeros se hacía notar más que nunca. La multitud de gente era extraña, era mucha para ser normal, nadie noto eso, ni la pareja embobada en su nube le presto atención...

"Distinto" comenzó a sonar y los pibes se ponían locos

Florencia y Gastón comenzaron a bailar a lo tonto, disfrutando ese momento como si fuera el último de sus vidas, viviendo la canción como cualquiera lo haría

Flor:

"A consumirme, a incendiarme, a reír sin preocuparme, hoy vine hasta acá. A tapar mi ingenuidad con un poco más que sal me quiero quedar"

A lo lejos sonaba la frase

Seguir y escuchar el sonido de las respiraciones, intentar calmar la mía. Perder la visión con el humo que se esparcía en el lugar, ver solo una luz que consumía el espacio

Escuchar repetidas veces a Gastón decirme "Todo estará bien" mientras mi oxigeno se debilitaba cada vez mas

En ese momento, en ese mismo instante, supe resignarme a vivir. Entendí que seguir luchando no cambiaría nada, no solo para mí, sino para cientos de vidas más que como yo dejaron sus zapatillas colgadas.