Parte Única

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Por un demonio y lo que faltaba: realmente no podía tener peor suerte y todo por seguirle el juego a ese estúpido "Rey Dodo" que ni siquiera sabe si es real. Su instinto le dijo en un principio que esto sería un problema, pero las ganas de aventurarse a lo desconocido y el participar en todo ganaron la batalla y aquí está Kaeya, quejándose sin poder hacer algo al respecto.

Lo único que puede pensar en estos momentos es en cómo diablos va a seguir escondiendo su secreto de Diluc, ahora que están SOLOS en una maldita isla desierta y con suerte acompañados del viajero y los demás chicos; que en realidad tienen sus propios asuntos que atender y no puede incluso contar con ellos. El tema es simple viéndolo desde una perspectiva ajena y por mucho que no quiera, la verdad saldría a la luz por cada minuto que pasan en este lugar.

Para colmo la maldita personalidad bipolar de Diluc y sus obvias ganas de estar con él lo hace todo más difícil. Es cierto que para los habitantes de Mondstar y cualquiera que los mirase en un principio podrían decir que no están en buenos términos, pero es simplemente una fachada: un intento de Kaeya por no enredarse en las locas ganas que tiene de comerle la boca a ese tipo serio pero de noble corazón. Que ha sido una locura fingir apatía todos estos años y que este sentimiento no se quiere apagar a pesar de tiempo.

Esto de su naturaleza omega le está pasando la factura, pero Kaeya podía manejarlo si solo estaba cierto tiempo junto al pelirrojo. Si simplemente podía ahogar sus deseos por la noche, en la soledad de su habitación fantaseando al respecto. Hasta el momento los inhibidores hacían su trabajo a duras penas, sin embargo aún podía valerse por sí mismo e ignorar su instinto. Estaba hasta orgulloso de ello, pero pasan estas cosas y no puede sino perder la confianza que tanto alardea con los demás.

Antes no era así de complicado: en la infancia ambos se llevaban bastante bien, sin importar que no tuvieran una relación formal de familia o algún lazo sanguíneo; simplemente él fue un chico desamparado y que por la suerte del destino pudo obtener cobijo gracias al padre de Diluc. Kaeya está eternamente agradecido con él por eso, pero también se encuentra a sí mismo pensando en qué hubiera ocurrido si nunca los hubiera conocido.

Puede que esta sensación que le estruja el pecho no existiera, que el deseo abrazador de sus entrañas no le invadiera el sueño y la vida hubiera sido mucho incluso más llevadera. Mas eso es un engaño simplemente: por mucho que le cueste aceptarlo, se siente irremediablemente atraído por Diluc y todas esas señales en su cuerpo se lo confirman diariamente. Fue culpa de la maldita presentación de su género secundario la que arruinó todo: Si no fuera por ese maldito día en que tuvo su primer celo, entonces nada de esto...

—Kaeya ¿Dónde irás?— la voz de quien origina sus problemas se escucha casi tan suave como la brisa marina.

Kaeya observa el rostro de Diluc y a pesar de esa pose defensiva, sus ojos rojos le revelan su preocupación y añoranza; quisiera no saber de qué se trata todo esto, pero el moreno sabe que es imposible para él no entender ese brillo en fondo de esos iris y lo difícil que son de ignorar. Sabe que está bajando la guardia cuando Diluc se acerca lentamente hacia él, terminado en una distancia muy cercana para su gusto.

Ninguno se atreve a hablar aún, pero se limitan a observarse intensamente, como si hubieran sido años alejados, cuando no fue hace mucho que compartían en el bar del pueblo. Kaeya se sobrecoge y cruza los brazos con nerviosismo. Como son los únicos en la playa, entonces estas cosas pasan y Kaeya no puede evitar caer en las redes de amor nuevamente: Es que le es imposible no sentir algo así si se encuentra con el pelirrojo buscándolo nuevamente y tratando de estar con él, incluso cuando al viajero le hizo entender que estaría solo.

—Estaba pensado en pescar o en recolectar conchas para pasar el rato— Kaeya habla después de un largo tiempo, prefiriendo observar el azul del mar y tratando de hundir sus sentimientos allí de alguna forma.

Summer Desire (Luckae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora