Palabras Que Se Las Lleva El Viento

1

Harry cruzo por aquella puerta viendo los colores pasteles que la cafetería tenía.

Al entrar sintió rápidamente esa oleada de tranquilidad, le encantaba la paz que ese lugar traía, y más si era para leer un buen libro, claro que sí.

Busco la mesita dónde siempre se sentaba pero esa vez estaba ocupada, en ella estaba un rubio que al parecer escribía algo. Sin tomarle mucha importancia decidió buscar otra mesa.

Al sentarse se acercó una mujer y le sonrió -al parecer tu mesa esta ocupada por alguien más- Harry se rió y asintio

-asi parece

-¿vas a querer lo de siempre?

-por favor Minnie- la mujer le sonrió una última vez antes de retirarse

Volteo a ver todo el lugar y se fijó que no había tanta gente, volteo de nuevo a dónde se encontraba el rubio y soltó un suspiro, a él le gustaba esa mesita porque podía ver a las personas pasar, los animales, y también los árboles que se movían siempre en esa época de otoño.
El rubio sintiéndose observado volteo a verlo y Harry sonrrojando por la pena desvió la mirada, pero alcanzo a ver cómo el rubio sonreía.

Saco el libro que llevaba en su pequeña mochila y empezó a leer donde se había quedado, era una de las cosas que Harry más ama a hacer, leer.

Cuando leía se sentía contento, imaginaba todos los escenarios que mostraban a través de las letras, imaginaba las escenas románticas que siempre llegaban en el momento exacto.

Se imaginaba a si mismo en esos escenarios.

Apartó la vista de su libro cuando vio a la amable mujer a su lado

-aqui tienes Harry

-muchas gracias, oye, ¿No sabes cuándo se irá ese chico de ahí?- Harry disimuladamente señaló al rubio que continuaba escribiendo en una hoja de papel, pero la arrugó y saco otra

-no creo que pronto, llegó está mañana y lleva repitiendo lo mismo una y otra vez- Harry soltó un vago "oh" haciendo reír a la mujer -tal vez no sea tan malo leer en esta mesa Harry

-pero está al lado de los baños- dramatizó el moreno -apesta- la mujer volvió a reír

-tal vez si le dices que si lo puedes acompañar acepte- Harry se lo pensó y asintio

-gracias Minnie, sigue trabajando, no te quito más tiempo- tomo su libro y su mochila para meterlo dentro de esta, después tomo su frappé y se dirigió a la mesa donde estaba aquel chico -amm...¿disculpe?- el rubio alzo la mirada y cuando lo vio le dedicó una sonrisa que hizo que Harry perdiera el aliento

-hola

-hola, esto...¿puedo sentarme aquí? Es que yo vengo aquí todos los días y normalmente me siento aquí, y...- se interrumpió cuando escucho reír al rubio

-si gustas quédate, ya debo irme- en ese momento Harry se sintió mal

-ay no, lo siento, no quise correrte así, puedes quedarte solo quería sentarme aquí, sin que te vayas- Harry se sentía cada vez más nervioso ante la mirada penetrante de aquel chico -si no, volveré aquella mesa, de verdad- se hizo un incomodó silencio que a Harry se le hizo eterno

-bien, claro, siéntate- el chico le señaló la silla que estaba frente a el y sonrió

Harry suspiro como aliviado y se sentó dejando su frappé en la mesa y su mochila en el respaldo de la silla -muchas gracias

-pero, no creas que me siento con extraños-

Harry se sintió tonto -claro, lo siento mucho, soy Harry- el moreno le extendió la mano y el rubio la tomo

-un gusto Harry, soy Draco- ambos rieron y volvieron a lo que hacía cada uno

De vez en cuando Harry dejaba de leer para mirar de reojo al rubio, se quedaba embobado al ver su maravillosa y perfecta quijada, sus labios delgados pero algo rosados, su cabello que caía levemente por su frente y ese color de piel tan pálido pero que a la vez se veía lleno de vida, Harry sin poder evitarlo jadeo llamando la atención del chico

-¿pasa algo?- Harry se puso rojo y nego rápidamente regresando su vista al libro, el rubio sonrió y se levantó -debo irme, nos vemos tal vez mañana- Harry asintio sin poder dejar de mirarlo y continuo con su lectura hasta que el chico salió de la cafetería.

Durante toda la tarde Harry no dejo de pensar en ese chico.