Capítulo 6

1K 109 21
                                    

Decir que Zhan le había dado a Yibo el mejor orgasmo de su vida sería un eufemismo. Aclararse que intento controlar su libido una mentira. Asegurar que no quería repetirlo una completa basura que nadie se creería si supieran lo perra que se había mostrado con su mejor amigo.

Joder, él no podía recordar la última vez que el sexo había sido tan espectacular. Eran contadas las veces que Yibo follaba al mes; sinceramente su vida giraba lejos de la satisfacción de sus genitales, a diferencia de Zhan. Pero el castaño no podía decir que sus experiencias anteriores hubieran sido malas, lejos de eso, él nunca había quedado con ganas de más después de correrse.

Quizás ese es el problema, pensó mientras apretaba el control de la Play Station.

Estaban en la casa del mayor a punto de echar una partida de Mortal Kombat, y Zhan veía el video con su cara de “chico normal”  que se le metería en el culo a cualquiera.

Yibo ahogó un suspiro y miró los zapatos que habían comprado esa mañana con el pago de su último trabajo, Zhan y él impartían clases de música y baile de forma particular, y el último encargo que habían tenido había sido bastante lucrativo, incluso si lo único que hicieron fue enseñarle al hijo de los Oh a tocar unas cuántas notas de piano y una coreografía de alguna canción latina que ahora no recordaba el nombre. Su paga había tenido dos ceros de más por lo que Zhan no trastabillo en jalarlo al centro comercial a comprar ropa extremadamente costosa, invirtiendo dinero de forma innecesaria sólo porque su amigo era un prestigioso y gozaba de derrochar sus ingresos en ropa de marca.

Era estúpido, al fin y al cabo nunca le duraba la ropa. Siempre terminaba rompiendola o perdiendola en sus encuentros de alguna u otra forma.

Mierda. Ahí estaba de nuevo, Yibo quería saber cuándo había pasado a ser tan consciente de los exclusivos e irrelevantes detalles de Zhan-rompe-camas.

¿𝑁𝑜 𝑒𝑠 𝑜𝑏𝑣𝑖𝑜? 𝐷𝑒𝑠𝑑𝑒 𝑞𝑢𝑒 𝑑𝑒𝑗𝑎𝑠𝑡𝑒 𝑞𝑢𝑒 𝑚𝑒𝑡𝑖𝑒𝑟𝑎 𝑠𝑢 𝑝𝑜𝑙𝑙𝑎 𝑒𝑛 𝑡𝑖 𝑎𝑦𝑒𝑟.

Muy buen punto.

Nuevamente, se quedó tieso. Esperó y esperó, pero otra vez seguía sin sentirse indolente a haber follado con su mejor amigo, como si realmente fuera lo de todos los días.

Quizás lo era. Es decir... Los amigos follan todo el tiempo ¿No? Yibo no quería excluirse de ningún estereotipo. Si los heteros follaban entre sí y mantenían relaciones abiertas, él podía sentarse en la cara de su añejo-y heterosexual- mejor amigo Zhan. No había porqué sentirse culpable ni esperar tal sensación.

Le echó un vistazo a su amigo que ya había empezado a configurar la partida.

Ellos no habían tocado el tema. No porque alguno lo evadiera, todo lo contrario, era como si ni siquiera recordaran que habían tenido sexo la noche anterior como un par de lunático pervertidos. Como si de verdad fuera algo de todos los días, algo normal.

¿Lo era? ¿De verdad su relación con Zhan era tan liberal y espontánea como para hacer de menos esto? Su mejor amigo no lucía preocupado ni tenso en lo absoluto, y era él quien tenía novia, era él quien había iniciado todo. Por razones que Yibo anhelaba conocer, Zhan no estaba experimentando ningún enloquecimiento gay, aunque la sola idea del pelinegro preocupándose por sexo era ridícula.

Sólo fue sexo. Si Zhan no se alteraba mucho menos Yibo que era el más beneficiado con esto. Porque lo era. Estaba soltero pero no tenía la fluidez como para ir a un bar o discoteca a buscar un ligue, sus acompañantes solían ser personas conocidas que coincidían en sus calenturas. Era práctico, pero no algo que se diera tan seguido como debería querer. Zhan solo había sido como, como el más exclusivo de todos y sin dudas, el mejor. Una gran polla, experimentado, era generoso para complacerlo aún cuando no se sentía atraído por ese bando, y su forma de tocarlo -cariñosa pero apasionadamente- era simplemente la receta para el sexo ideal.

𝑬𝒔𝒕𝒓𝒆𝒄𝒉𝒆𝒛 - Zhanyi  (𝐴𝑑𝑎𝑝𝑡𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora