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ca.tti Así quedamos después de una sesión de 6 horas martina.leon
❤️ martina.leon, nava.jose y 962 personas más. martina.leon que es tener una espalda? ya me olvide nava.jose pueden mover el culo y comprar los vinos las tkm <3
- No doy más boluda - se quejó Martina. Y la verdad es que yo tampoco, hace seis horas estamos en una sesión de fotos para una marca de ropa y su nuevo catálogo virtual. Amo mi trabajo, amo lo que hago, pero momentos como estos me dan ganas de mandar todo a la mierda y meterme a la cama y no salir más.
- Yo tampoco Marti, pero ya no falta nada, solo queda recoger las cosas y somos libres - le dije suspirando.
Martina y yo trabajamos en un estudio de publicidad, en el área de fotografía. La conocí hace unos dos años, apenas me mudé a Florencia, en una de mis primeras clases en la universidad. Apenas me escuchó putear en español se acercó a saludarme, las dos éramos de Argentina y fue como tener un pequeño pedacito de casa. Así empezó todo.
Después de dos años estamos viviendo juntas en un pequeño departamento en el centro de la ciudad, y trabajamos en el mismo estudio.
- Cata, ¿sabes si Jose ya salió de su turno? - me pregunta mientras empieza a recoger los lentes y las luces que trajimos para la sesión.
Jose, o Josefina, nuestra española favorita y una de nuestras mejores amigas, había quedado en ir a nuestro departamento en la noche para tomar vino, comer y desestresarnos.
A Jose la conocí por Marti, ellas se conocían de hace unos cinco años gracias al primo de Martina, Thiago, otro español amigo de Jose y mi amor platónico. Ellos son las personas más cercanas a mí en Italia y por las cuales tengo un poco de sanidad mental.
- Sí, creo que salía golpe de 6 p.m, se cambiaba e iba para casa - le contesté guardando el último lente que tenía.
Levantamos nuestras cosas, nos despedimos de las modelos y los chicos que seguían en el estudio y nos dirigimos al auto de Martina. Por suerte el camino a casa no era tan largo. Estábamos las dos como locas cantando las canciones, mientras yo veía las calles que pasábamos.
Cada día estoy más feliz con la decisión que tomé, no fue fácil pero valió la pena. Dejar todo en Argentina, a mi familia, mis amigos, fue una de las cosas más difíciles que he hecho, pero lo necesitaba. Era infeliz, en una relación que drenaba toda la felicidad de mí y esto repercudía en todas las relaciones que tenía. Yo ya no era la misma, me miraba al espejo y no me reconocía.
No fue hasta que mi propia mamá me dijo que ya no me reconocía que entré en razón. Después de un año y medio de manipulación, comentarios despectivos y toxicidad pura, pude darme cuenta de que yo no me merecía eso, y que si seguía ahí me iba a perder completamente.
