•''Mi Rey'' (Kookmin)•

Capítulo 1

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-Ahí estaba yo, caminando por los pasillos del Palacio, mis pasos iban en dirección a la habitación del Rey.

Jungkook me había mandado a llamar en el peor momento, después de esto hay una gran probabilidad de que yo sea castigado, si alguien se entera que estoy en Celo es muy posible que me castiguen, o peor aún...me podrían echar del palacio.

El rubio caminaba con pasos apresurados, se encontraba muy nervioso《y si ya se enteró y me manda a llamar para castigarme》 ideas pasaban por la mente del omega, aunque el Castaño era su mejor amigo no le quitaba el puesto de que sea Rey y de órdenes, dio un giro hacia la derecha y era el último pasillo, al final del camino estaban los aposentos del Rey.

Al llegar se encontró con dos soldados parados a los costados de la puerta que se disponían a irse apenas Jimin llegará, el rubio detuvo a un soldado que era conocido de él.

-¿sucedió algo?-cuestiono con nerviosismo, pero su pregunta fue negada inmediatamente y fue reemplazada por palabras serias- Lleva rato esperándote- fue lo único que escucho salir de los labios ajenos antes de ver cómo se perdía entre los pasillos.

Tome la manija de la puerta entre mis manos y la gire con temor, cuando la puerta se abrió una ola de olor a Chocolate fuerte inundó mis fosas nasales.

Dios acaso jungkook...¿esta en celo?, la Habitación estaba totalmente oscura-Jungkook, ¿donde estas?-pregunte más no recibí respuesta alguna así que di dos pasos hacia adelante para después cerrar la puerta detrás de mí-su majestad...-me adentre más a la habitación hasta que un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, pues Kook había olvidado cerrar la ventana y cuando me acerqué a cerrarla pero la luz de la luna me hipnotizó.

La luna estaba tan grande y el cielo azul oscuro despejado de nubes pero cubierto de estrellas.

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-te estaba esperando...- mencione con un tono suave pero creo que no me escuchó, se veía tan lindo apreciando las oscura noche, sabía que esto le encantaba, él podía quedarse toda la noche admirando el cielo estrellado si quisiera pero lastimosamente tenía obligaciones que cumplir al día siguiente y necesitaba descansar.

-Quería que lo vieras, siento que hoy está más hermoso que nunca-le hable pero no respondió, me acerque a su oído y le susurre-Jimin...-dio un pequeño salto debido a la inesperada acción, me encontraba tan cerca de su rostro por lo que al intentar respirar atrape su olor tan dulce a fresas pero de la nada ese olor se intensificó.

-Jimin...estas, ¿en celo?- pregunté pero él se notaba nervioso

-Lo siento mucho su magestad- por fin me respondió, esta vez se encontraba con la cabeza gacha y su respiración se comenzó a agitar.

-No lo hagas-le ordené- te he dicho que no me gusta que me digas así.

-y yo le dije a usted que no puedo cumplir esa orden- esta vez si levanto la mirada para encarar me, sus ojos miel me volvían loco aún más ahora que brillaban con la luz natural de la luna.

-¿Por qué no?si soy tu Rey- lo dije con una sonrisa en mi rostro, pues quería molestarlo un poco.

-Por la misma razón que es El Rey y necesita ser tratado con respeto.- tiene lógica lo que decía, sin embargo nunca me gustó ese trato de parte de él, yo debía tratarlo con respeto, pues es mi Hyung. Aparte había la suficiente confianza entre ambos, debido a que somos mejores amigos desde niños y no me gustaba que él me dijera: Su Majestad, Mi Rey, o que se inclinara ante mí.

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Nuestros Rostros estaban tan cerca y no se en que momento me apego a la pared con el enfrente de mi viéndose tan autoritario, esos labios finos pero rosados me estaban volviendo loco, ahora su rostro estaba iluminado por la luz de la luna, la misma que se reflejaba en sus ojos, contuve varias veces este sentimiento pero siento que ahora no podré retener mis acciones, él me estaba provocando, su mirada estaba fija en mis labios mientras él se lamia los suyos con su lengua.