Prólogo.

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Oye, esto no es gracioso... ¿Por qué? ¿Por qué estoy tirado en el piso?

Mí nombre es Milo, tengo el pelo negro hasta la espalda, ojos azules, piel pálida, no soy un chico atractivo, o eso dice mí hermana mayor... Creo que se tiene algo entre manos al decirme eso, pero eso no es lo importante.

Hoy era un día especial, hoy no sólo es 31 de diciembre, también es mí cumpleaños número 18, el día que todo adolescente desea, poder ser independiente, tener trabajo, casa, auto, tener todo.

Siempre quise tener mí propia casa, mí familia es agradable, pero me gustaría iniciar mí propia vida.

Yo era muy inteligente. había terminado la universidad a los 14 años.

Pero en fin, hoy fuí a casa de unos amigos (en realidad no) para invitarlos a mí fiesta, también a mí querida novia (en realidad no tiene, se la robó un galán), (Sólo fue a comprar ingredientes).

Después de hacer lo que les dije, estaba de camino a casa, tardé tanto que ya se habían hecho las 11 de la noche, debía apurarme.

Ese día tomé un atajo por un barrio peligroso, estaba seguro de que estaría bien, no me pasará nada, pésima idea.

Antes de que lo notara ya tenía el cuchillo traspasando un extremo de mí cuello y llegando al otro.

Caí al piso, y antes de que mis ojos se cerraran, pude notar que cerca de mí había un gato.

Siempre me gustaron, me alegra que si voy a morir pueda ver uno.

Milo: H-hola, amiguito.

Ese gato era muy diferente a los que he visto antes, era blanco, un su ojo izquierdo es dorado como oro pulido, mientras que el otro es rojo como rubí, y su cola, más que parecer la de un gato, parece más la cola de algodón de un conejo, sólo que muy alargada, como la de la chica conejo de One piece cuando se transforma, admito que transformada es más linda, por mucho.

El gato se me acerca hasta colocar su frente en la mía.

Fue después de eso que mis ojos finalmente se cerraron, que escuché el maullido del gato... Heh, gracias amiguito.

Qué vida tan buena tuve, muchos amigos, una novia ¡no me arrepiento de nada! ¡Fuí absolutamente feliz, desde el inicio hasta el fin!

Autor: (Ay, wey, quiero llorar).

Milo: Pero... Sí llegara a reencarnar, desearía iniciar de nuevo, tener amigos, alguien a quien hacer feliz... Jeh, qué infantil... Llorando por algo como eso... Qué tonto... Eso jamás pasará...

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Doctora: ¡Felicidades, son dos niñas!

¿Quién está... Hablando? ¿Unas niñas? ¿No debería estar muerto?

Me siento pequeño y pegajoso, ¿alguíen me está cargando?

Entonces siento que me mueven y empiezan a darme palmaditas en la espalda, diganme llorón, pero para mí fue como si te golpearan con un látigo.

Hice todo el esfuerzo del mundo para no llorar, escuché voces extrañas, como si estuvieran preocupados.

???: ¡¿Qué haces aquí, lárgate?!

???: ¡¿Cómo que qué hago?! ¡Esas bestias no merecen vivir!

???: Son nuestras hijas, ¡tienen tanto derecho como sus padres!

???: Veo que no has entendido, esas, cosas te nublaron el juicio, las mataré y entonces podremos volver a nuestros días felices.

Después de aquello, sólo escuché gritos de miedo, metál chocando, alguna clase de líquido cayendo al piso, el grito de un bebé, pero cada vez se aleja más, mientras que alguíen me sujeta con mucha fuerza y otra persona me arranca de sus manos.

Renacido como una Neko.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora