Mr. KANAWUT ADAPTACIÓN GULFMEW

Capítulo 15

Historia Original de Spaghetticat123

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El día completo transcurrió,
y Kanawut nunca me dirigió la palabra. Ahora la noche había caído.

La lluvia paró y decidí salir a comprar fideos antes que comenzará a llover
nuevamente.

Gulf se encontraba en la sala de estar viendo la televisión, realmente no sé qué programa veía, solo noté que estaban cantando unos jóvenes una canción de
"Journey".

Ya en la puerta, puse mi
mirada en Gulf y avisé que saldría rápido.

-Phi, saldré a comprar
comida. Lo repetiré una vez
más; ¡Phi iré a comprar comida...! esta bien, puedes
seguir ignorandome, pero no
te daré fideos.

Ya un poco molesto salí de la
casa.

Caminé no por mucho tiempo.

Ya justo frente a la tienda de
veinticuatro horas, recordé
que olvidé el paraguas.

-Maldición -exclamé en
silencio.

Entré a la tienda, tomé un solo ramen porque sí, Gulf
me gustaba mucho, pero no
bajaría mi orgullo.

Me acerqué al cajero y pagué.

-Gracias por su compra joven -me sonrió un dulce chico.

Yo solo le devolví la sonrisa.

Salí de la tienda camino a casa, y ya habiéndome alejado de la tienda, la lluvia empezó a caer.

-¡Mierda!

Corrí hasta una esquina donde había techo, y esperé a que acabara.

Ya habían pasado aproximadamente quince
minutos, y la lluvia no cesaba.

Y para mí mala suerte, había
olvidado mi celular en casa.

No pasó mucho para darme
por vencido y sentarme en el piso mojado, empapándome
aun más.

Sin razón, la lluvia se detuvo, o eso pensé.

Levanté mi rostro y frente a mi estaba Gulf sosteniendo el paraguas.

-Levántate -ordenó. Y sí hice caso.

Vamos caminando debajo del
paraguas los dos. Yo traté de
no acercarme tanto.

-No tuvo que venir hasta acá.

Comencé a hablar.

-¿Cuando volverá a
hablarme?

El siguió ignorandome, hasta
que yo paré y él se giró para
verme.

-¿Porque le interesa tanto
quién me guste? ¡Solo
responda!

Gulf solo siguió ignorandome, nunca dijo
nada. El comenzó a caminar.

-¿¡Es enserio!? ¿Así me
ingorará? ¿Sin razón?

Nunca creí que cuando alguien me ingorará se sentiría tan mal. Mi corazón se oprimía y sentía que poco a poco se rompía.

Pequeñas lágrimas brotaron
de mis ojos, la lluvia lograba
crear un camuflaje perfecto
para ellas.

Yo me di la vuelta y comencé
a caminar en dirección
contraria.

Repentinamente Kana agarró
mi mano. Al parecer el camuflaje con la lluvia poco
sirvió, porque, dejando caer Gulf el paraguas, comenzó a "secar" mi mejilla.

-¿Sabe porque no le quiero
decir quién me gusta?... Es
porque es usted.

Gulf me soltó, acarició una de mis mejillas y depositó un cálido beso en ella.

Y susurró:

-¿No te costó mucho o sí?

Sin razón alguna, comencé a llorar más. Aferrándome en el pecho de Kana, importándome poco la lluvia que caía.

-Ya no llores niño, vamos a
Casa.

Recogió el paraguas y
caminamos juntos a casa.

Me sentía feliz, tan pero tan
feliz. Nunca nada ni nadie
había llenado tanto mi
corazón.

Desgraciadamente, esa felicidad no sería para siempre, y los problemas
atacarían.