Estas dos últimas semanas no fueron buenas para la joven pareja del Relámpago amarillo de Konoha y la habanera sangrienta, lo cual era muy raro porque estos dos siempre se habían llevado de maravilla en su relación y pocas eran sus discusiones.
Lame...
El sonido de las puertas azotándose con fuerza se escuchó por todo el departamento pues la puerta delantera y la trasera habían sido usadas por la pareja para salir del lugar sin tener que verse la cara.
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—¡No lo entiendo! ¡¡Solo hice mi trabajo, soy una kunoichi y es mi deber proteger a mis compañeros, dattebane!!.- Kushina estaba confundida y enojada por la reciente pelea que había tenido con su marido
La pelirroja alzaba los brazos y hacía un escándalo, sentada frente a su mejor amiga que al igual que ella tomaba una taza de té, pero en sus piernas descansaba un tierno bebe de poco más de un año.
— Kushina...—Mikoto suspiró levemente y acaricio con una mano la pequeña y adorable cabeza de su hijo. No sabia que pensar, Kushina era su amiga y siempre la apoyaba pero en esta ocasión era algo de su matrimonio. Todos sabían que la pareja era increíble y le parecía sorprendente que hubieran tenido una pelea así de grande.
—¡Yo debería estar más enojada! ¿¡Cómo se atreve a decir y hacer esas cosas!? ¡Era una misión! ¡Y eso no es lo peor!
—Kushina...
—¡Se notaba desde lejos que la mujerzuela solo quería restregársele! ¡Y el como el tarado, inocente y bombón que es, "no lo noto"!
—Kushina...
—¡Oh! ¡¡Cómo amo y odio que sea tan...inocente!! ¡Eso también estropeo mi trabajo! ¡¡Es un...agh!! ¡¡Y tiene el descaro de enojarse!!
—¡Kushina!.— Finalmente dijo firme la Uchiha, no había gritado por temor a que su pequeño Itachi se despertara pero si había hablado en un tono fuerte.
La antes furiosa pelirroja había parado abruptamente su escándalo, quedando con los brazos alzados y los ojos abiertos llenos de incredulidad ante la abrupta silenciada de su amiga.
—¿No has pensado en porque Minato, el hombre "Amo a mi esposa mas que a nada en el mundo y daría mi vida por ella aun si la amenaza solo un osito de goma" está enojado?— Habló Mikoto en un tono calmado pero también algo confundido, alzando una de sus cejas.
Esto dejó a Kushina en un pequeño trance...
Era cierto que su esposo siempre se preocupaba por ella, pero sabía lo fuerte que era así que nunca era un sobreprotector, el problema era que en esta situación si lo había sido, todo porque la misión de Kushina había sido un poco peligrosa...
Bueno, si había sido bastante peligrosa. Todo consistía en ingresar al palacio del señor feudal , espiar y recopilar información. En esta ocasión Minato había ido en el mismo equipo que su amada pelirroja y todo se había desarrollado luego de que entraran al palacio, donde por razones aleatorias se habían desencadenado situaciones que no eran del gusto de la pareja Namikaze Uzumaki.
