Fuckboy [NaruHina]

𝕮apitulo 5

Sentí que el tiempo pasaba en cámara lenta, hasta que se detuvo, ¿Con quién se tenía que besar el rubio?

El resultado salió, y no era yo, sino Shion. Naruto se levantó del sofá y se dirigió a ella, ambos juntaron sus labios para dar comienzo a un beso apasionado. Todos festejaban.

—Es el turno de Hinata— dijo Ino.

Sin pensarlo dos veces tomé la botella y empecé a girarla, sea con quién sea que me toque que no sea con Naruto, o eso pensé.

Cuando por fin ví a la misma detenerse me sorprendí, quien había salido era Sai.

—Ohhhhh— reían todos.

Miré hacia su dirección, éste se dirigía a mi lado, me tomó por la cintura y apoyó sus labios contra los míos. Todo lo que pude ver fue a Naruto caminar hacia afuera.

¿Qué le ocurría?

Decidí hacerlo sin más, tenía que disfrutar y él no iba a ser un impedimento para mí. Realmente esa noche besé a muchos chicos, incluído Gaara, el alcohol que consumí estaba haciendo efecto.

El pelirrojo me tomó de la mano y me llevó hacia afuera, estaba un poco mareada y sin pensarlo lo volví a besar. Él correspondió al beso pero luego me alejó.

—Hina, estás ebria— acarició mis hombros.

—Eres sexy.

—Me alegra que pienses eso— rió— pero si te doy lo que quieres me odiarás mañana.

Acto seguido comencé a besarlo nuevamente.

Sentí unas manos rodeándome la cintura, de pronto me alejaron de aquel pelirrojo ¿Que ocurría?

—Lo siento Naruto, yo...— se disculpó.

—Lo ví todo, no te preocupes, la llevaré a su casa.— sonrió.

¿Naruto me tomó?

—¿Qué crees que haces?— me solté de su agarre y caminé hacia dentro de la fiesta. Pero algo me detuvo.

—No te dejaré aquí sola, cualquier idiota se aprovecharía de una chica ebria.— agarró mi brazo.

—No sucederá conmigo— quise salir pero me levantó contra su hombro—¡Naruto! Déjame— golpeé su espalda con la esperanza de salir de ahí pero no sucedió.

—No te dejaré. Joder, quédate quieta.

Me dejó en su auto, quise escaparme pero me cerró la puerta antes.

—Demonios, es temprano quiero seguir en la fiesta.

—No.— acto seguido se sentó en el asiento del piloto y encendió el motor.— eres molesta.

—Oh, hola señor amargado— me crucé de brazos y miré al frente.

—Yo no soy amargado, tú estás ebria— rió.

—¿Dónde me llevas?

—A tu casa.

—Le dije a papá que dormiría en casa de Sakura.

—Entonces te quedaras conmigo.

—¿Pero qué? No, no iré contigo— hice pucherito.

—Si lo harás. No debes quedarte sola.

—Entonces dormirás en el piso.

—Okey.

Llegamos a casa de Naruto, pasé mi brazo sobre sus hombros, no podía mantenerme mucho parada, él me tomó por la cintura.

—Te prepararé mi cama— dijo mientras me ayudaba a sentar en la silla dentro de su habitación.

—Gracias. Papá me matará si se entera.

—Sé cómo es tu padre, pero no lo hará, tranquila. Bien— tomó mi mano y me llevó hacia la cama— quítate los zapatos acuéstate.

Acomodé mi cabello y Naruto comenzó a quitarme el abrigo, hasta que en un momento dejó de hacerlo y miró mi cuello.

—Aún usas el dije de Luna— sonrió.

—Yo cumplo mis promesas, Naruto— su sonrisa se volvió un gesto de tristeza.

—Bien, recuéstate. Te taparé.— tomó las sábanas y me cubrió con ellas.— yo dormiré en el piso. Mmhh... Dónde dejé el colchón dónde Sasuke duerme.— murmuró.

—Naruto.

—¿Si?

—Duerme conmigo, en todo caso es tu cama— me moví hacia un lado para darle lugar.

—¿Estás segura? Me odiarás mañana.

—No te preocupes por eso, lo recordaré.

—B-bien— se recostó a mi lado, tratando de no ponerse muy cerca, aunque fue difícil ya que su cama es de una plaza y media.

—Cuando despiertes no me golpees.— agregó haciéndome reír.

—Tranquilo— carcajeó.

—No tengo sueño.

—Yo tampoco— me congelé pensando una conversación— Ah, ¿cómo te va en tu vida amorosa?

—Bueno... No existe, sólo es un pasatiempo. ¿La tuya?

—Ya veo. Lo mismo digo, pero mayormente estoy sola; me gusta así.

—Entiendo. ¿No...— dudó en preguntar.

—Dilo— sonreí.

—¿No... Te da miedo volver a amar?

—No lo sé. Muchas inseguridades vienen a mi mente siempre que lo pienso; nada es eterno.

—Lo sé, si pudiera hacer algo... Sería cambiar éso.

—¿Con qué empezarías?

—Con cambiar nuestro pasado.