Mudanza

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Nueva vida, al fin, por fin dejar el pasado atrás y tener suerte de una vez por todas. Subí en el asiento trasero del auto con Clark mi belgian sheepdog. Mi madre subio al piloto y encendió el motor del auto. Di un último vistazo a la casa y no me preocupé en sonreír, ni en recordar momentos lindos, porque no los habían. 

El viaje duraría unas dos horas, así que decidí colocarme los auriculares y escuchar música, algo que amé desde pequeña. Apoyé la cabeza en el vidrio observando como dejábamos todo atrás, los malos recuerdos, peleas, golpes y demás cosas que no serán pensadas ni recordadas nunca más. Comenzé a acariciar a Clark quien estaba acostado, cos su cabeza sobre mi ragazo mientras movía la cola suavemente.

Exausta de tanto empaque, planes y demás terminé dormida.

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-¿puedo descansar?

froté mis pequeños ojos cansada.

-No hasta que termines las tareas que te pedí- ordeno mi padre

-¡¡Pero estoy harta de esto!!- mis ojos comenzaron a derramar lágrimas mientras gritaba esas palabras, sabía que eso fue lo peor que pude haber hecho en mi vida, y tenía razón.

Mi padre se levanto de su sofá y se encaminó hacia a mí con sus pasos amenazadores. Cuanto más se acercaba mas grande era. Creí que iba a terminar inconciente en el piso del golpe que me daría, o muerta, pero antes de poder hacer algo, mi madre lo tomó del brazo y descontrolada lo giró.

-¡¡Es una simple niña!! ¡¡No puedes maltratarla de esa manera!!

Sin decir una palabra, mi padre apretó los puños. No sabía que hacer, mi instinto me decía que huyera, pero mi padre se daría cuenta y me alcanzaría más rápido, puesto que solo tenía siete años en ese entonces. Lo único que podía hacer era quedarme quieta, y eso es lo que hacía, observaba la discusión de mis padres.

Mi padré no lo pensó dos veces y le dió un golpe en la mandíbula a mi madre, que podrá haberla matado, pero gracias a Dios, aún seguía viva, ya que se derrumbó contra el suelo, pero aún lograba estar estable. 

El hombre al que acababa de golpear a mi madre dio la vuelta mirándome amenazador y me señaló con su dedo.

-Si sigues así- cambió la dirección hacia mi madre -Terminarás así.

Subió las escaleras, y una vez que se escuchó el portazo corrí hacia mi madre, que jadeaba de dolor mientras intentaba incorporarse sobre sus pies.

****************

Desperté sobresaltada y el auto aún seguía en marcha. Bajé la mirada y Clark estaba aún dormido. Asomé mi cabeza y ya no estabamos en la ruta, sino, en el nuevo destino.

-¿Dormiste bien Ali?

Vi los ojos de mi madre desde el retrovisor, que estaban concentrados en la calle. Cambié la vista hacia mi ventana y me di cuenta de un cartel que decía "Bienvenidos a Doncaster". Sonreí y con mis ojos cansados respondí.

-Si..

Unos minutos mas tardes Clark estaba besando mi mejilla a cada rato, ansioso y cuando al fin llegamos decidí abrirle la puerta y salto del auto mas feliz que nunca. Solté mi cinturón y lo primero que hice al bajarme fue admirar la gran casa que mi madre había conseguido, y muy moderna a un buen precio.

Refregue mis ojos con las mangas de mi sueter para poder despertarme y me encaminé hacia el camión de mudanza para descargar algunas de las cajas, ya que las cosas más pesadas las manejaban los hombres de la companía.

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