Vecinos

7 0 0
                                    

Desperté incómoda, demasiado, pues no es lindo que tu perro esté sobre ti lamiéndote la cara.

Quité a Clark de un empujón que hizo resonar todo el suelo de la caída, pues así nos tratamos entre perro y dueño. Sentía que el sol cegaba mis ojos y me di cuenta que las cortinas estaban abiertas. Inmediatamente refregué mis ojos y miré hacia la calle, y allí estaba, el auto en el que se había ido el chico de enfrente. Miré a su ventana, pero estaba cerrada, así que decidí levantarme e ir al baño para bañarme.

Decidí ponerme unos jeans, un sueter y mis converse, porque, por más que hubiera sol hacía frío, ya que eran los primeros días de invierno. Además era lo primero que tenía a mano, ya que no había desempacado nada de mi ropa aún. Bajé las escaleras con Clark detrás mío y me encontré a mi madre en el sofá leyendo, como siempre, una de sus novelas. La saludé e inmediatamente dejó su libro para preparar algunas tostadas.

-No importa ma, hoy no desayunaré.

-¿Seguro?

-Si, tal vez pueda ver el lugar

-Esta bien, pero vuelves temprano para el almuerzo. Y ten cuidado.

Asenti y le coloqué la correa a Clark para salir. Abrí la puerta y el sol seguía molestandome. No le di importancia y comenzé a caminar por la nueva ciudad. Era muy linda y tranquila, más que mi barrio antiguo.

Respiré ondo, relajándome, pues ya no tenía de que preocuparme, estaba bien en este momento, caminando con mi mascota por un lugar acogedor. También me gustaría conocer a los vecinos, al chico de ayer, aunque todavía me pregunto que era esa discusión tan grave.

Luego de recorrer negocios y casas encontré la plaza central. Obviamente fui observando las direcciones de las calles para no perderme. Decidí centarme en uno de los bancos y dejé que Clark se acostara en el césped, admirando el lugar y viendo como las personas comenzaban su día. Algunos iban con bolsas de compra, otros trotaban con ropa de deporte, algunos pasaban con sus bicicletas...

Todo el lugar era lindo, hasta que vi un grupo de adolecsentes con mochilas y uniformes. Ahí me di cuenta que debía averiguar escuelas para inscribirme, aunque no se si mi madre ah conseguido un lugar vacante.

Me los quedé observando hasta que sentí a alguien tocar mi hombro y me giré. Una chica rubia y ojos celestes me sonrió, estaba vestida con unos jeans y una remera blanca junto a una chacketa negra y bufanda, por último observé que llevaba su mochila. Lo raro es que no la había visto nunca.

-¿Tu eres la nueva vecina no?

Sonrió y se sentó a mi lado.

-Si..

Inmediatamente me extendió la mano y la saludé dudosa.

-Soy Lottie, la vecina de al lado.

Genial, seguramente sea algún familiar del chico de ayer, pues los del otro lado nos dieron la bienvenida y era una pareja de ancianos.

-Soy Alison.

Sonreí y Lottie asomó su cabeza observando a Clark, que apenas la vió comenzo a mover la cola.

-¿Y el?

-Oh, es mi perro, Clark.

-Es muy lindo.

-Gracias.

Sonreí y me di cuenta que estaba maquillada, cosa que yo no le doy mucha importancia ya que solo me pongo algo de sombra y delineador. Pero ella parece que se preocupa mucho por eso, de todas formas le quedaba muy bien.

-¿Ya te inscribiste en algún instituto?

Su pregunta me sacó de mis pensamientos y negué con la cabeza.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 16, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Vida NuevaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora