Dulce karma

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Soy aquel que escribe todas estas palabras en mis noches de vigilia. Otra noche sedienta de ti, de insomnio, dejo a mi mente libre, se desata, quiere recordar, y la ausencia de sueño hace el resto. No me quedaré dormido si no cierro los ojos, escribir todas estas palabras me deja la mente relajada y el rostro ojeroso. Esas ojeras son infinitas pero mi certeza y mi buen humor compensarán esta esclavitud que tengo de palabras, de tentaciones, de deseos. No sé cómo lo he logrado, pero lo he hecho. De noche me vuelvo temerario. Es por eso que te menciono sin nombrarte, sin que vuelvan a colisionar nuestros pensamientos, al filo de un sueño, al borde de la oscuridad. Soy un lunático que no te esperaba así de indescriptible.

Seguramente ya no leas mis palabras, pero ya no puedo escribir en líneas ya escritas... Tantos espacios en vacío, otro choque de trenes entre sueños y realidad. He estado en muchas conquistas... Por qué no? Somos los últimos que quedan, los únicos. De la furia de los hombres de ese norte desconocido que nombro en todos mis escritos, golpes de destino. He luchado contra la nostalgia, y me amparo en la historia, dulce karma. Nunca perseguí la gloria, ni dejar en la memoria a todos esos caballeros olvidados de mis épicas relatadas. He seguido huellas, caminante, haciendo senda al caminar, golpe a golpe. Mi corazón ya no es un pajarillo caído del nido; lleno de cicatrices no tiene miedo de abrirse una vez más. He confiado en el honor y la palabra dada, no pienses que la vida por ser gratis es menos valiosa. He caminado en mil direcciones, sin rumbo, en silencio.

Seguramente creas que se me pasa rápido, pero desde entonces nada ha vuelto a ser lo mismo, que había pensado mil sitios en los que despertar a tu lado y no me da la vida para liberar. Sigo siendo un capítulo en blanco, yo nunca abandono. Esto es la vida, una chispa que por no apagarse, crece cada vez más, que me hace seguir adelante, consciente de que mi destino es mirarte de lejos y nada más. Es el toque de cordura el que me hace seguir adelante. Aún faltan más duelos, más caídas, y aún más oportunidades, sublimes tentaciones. Seguramente tu me obligaste a olvidarte. Y sin querer me olvidaste. Maldita canción. Pensabas que iba a perder la inspiración, y aún así podría escribir un poema épico porque solía escribirte a ti, y cuando he acabado de venerarte, le escribo a los recuerdos que se fueron contigo. Nunca he temido al fracaso, lo malo es no tener la oportunidad. La verdad es más rápida... Ponte cómoda, y disfruta. Nuestro pasado ya no deja ningún recuerdo en mi futuro. Y, nunca creí que pasaría, que te convertirías en pasado, pero masticando esta reconfortante verdad, me atrevo a decir que en las cartas que yo te di te dio miedo ver que me estaba pillando. Nadie salvo tú ha sabido deleitarme con mi propio reflejo en el espejo de esos ojos que ya no me ven. Has conseguido seducir mi mente, provocar mis mejores palabras por ti, para ti. Palabras que nacen, mueren y existen para ser parte de nuestra historia.

Seguramente creas que todo fue mentira, pero es y será una constante lucha para no perder esa inocencia, para no dejar que mi corazón se contamine de caricias lejanas que revelaron un corazón cruel. Tuve el privilegio de caer en unas garras que no correspondían gestos sublimes de ternura, y aunque contadas eran las caricias recibidas, lo disfruté como nadie. Al final creeré tus palabras de que todo era ficción.

Siempre fui tuyo... Incluso cuando ya no creía en ti.

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⏰ Última actualización: Jun 24, 2021 ⏰

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