¿Un ramo de flores caro? ¿Una sonrisa falsa? ¿Una joya extravagante y ostentosa? ¿Una cena en el restaurante más famoso de la ciudad? ¿Una remera de mi color favorito? Vamos hombre, no me vengas con clichés. No me ofrezcas una relación tan intermitente, vacía.
Por favor... yo pido algo más, yo anhelo la espiritualidad. Árrancame las palabras de los labios, termina mis oraciones. Deposita besos pequeños en todo mi rostro hasta lograr que suelte carcajadas prolongadas. Dame un abrazo, un abrazo profundo, un apretón persistente. Toma mi mano, roza mis dedos, juega con ellos. Hazme sentir viva, hazme sentir alguien.