Prologo

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Caminaba con tranquilidad hacia la escuela como todas las mañanas desde que había empezado el año escolar hace una semana, era mi último año para luego empezar la universidad y como había planeado con Jungkook, iría a la misma en la que él va hoy en día. Iba mirando mi celular para cambiar de lista de reproducción cuando siento que toman de mi mochila por detrás deteniendo mi paso. Al darme la vuelta asustada pude ver a Minji con sus amigos y una sonrisa llena de maldad en su rostro, ya sabía lo que se me venía. 

—Tanto tiempo Yong Sun... —Dijo con una sonrisa mientras intentaba sacarme la mochila a la fuerza, la miré con rabia mientras que Jung Kyun sacaba su celular y comenzaba a grabar la situación, intenté arrebatarle el celular de las manos pero Minji me lo impidió empujándome hacia atrás.

—Ha pasado solo una semana. —Dije entre dientes y apretando mis puños con fuerza, soportaba todo este acoso para no meterme en problemas con mis calificaciones, necesitaba el buen comportamiento para juntarlo con mis calificaciones y poder entrar a la universidad. 

No tenía los mismos recursos que Jungkook, mis padres viajaron hace un mes a Estados Unidos para conseguir más dinero y buenos trabajos. Trabajaba por las noches para mantener mi departamento mientras que ellos pagaban mi educación, la mamá de Jungkook varias veces en la semana me trae comida y habla conmigo sobre como me siento, a veces hasta si necesito algo. 

—Así que estamos chistosas hoy. —Termino por sacarme la mochila con un movimiento brusco mientras que los demás chicos me tomaban de los brazos, tiró mis libros y hojas sobre el agua de la alcantarilla echándolos a perder, intentaba no llorar debido a que quería parecer fuerte, además de que me estaban filmando. 

Me había costado un montón juntar el dinero para esos libros, eran horas y horas de esfuerzo en la cafetería. Minji se acercó a mi lentamente mientras pisaba las hojas con sus lujosos zapatos de aguja y pellizco mi mejilla con una sonrisa en el rostro. 

—Tenía un poco de lodo en mis zapatos, gracias. —Sus piezas dentales se vieron brillantes cerca de mi rostro, juraba que podía verme en ellos de lo relucientes que estaban. Ella podía pagarse un blanqueamiento todas las semanas y yo apenas podía una vez al año.

Me arrodillé en la cera juntando las pocas hojas que estaban en buen estado y se podían salvar, los libros que aún no estaban mojados del todo y mi cartuchera. Deseaba con ansias a que el año escolar terminara para por fin desaparecer de la vida de ella y de todos sus amigos, terminé por juntar mis cosas cuando me di cuenta de que mis auriculares se habían roto en el transcurso de la situación. "Al menos me agradeció" dije en mi mente sarcásticamente debido al comentario que hizo antes de irse, juraba que hoy era el peor día de mi vida ya que debería trabajar el doble para pagar los libros arruinados y los auriculares. 

Entré al salón y me senté en el último pupitre como siempre, comencé a mirar hacia la ventana donde me imaginaba a Jungkook entrenando para el equipo de baloncesto, antes solía hacerlo cuando estaba en la escuela, ahora solo me queda mi imaginación y yo. Extrañaba demasiado a Jungkook, aunque sabía que después de la escuela él me pasaría a buscar e iríamos a su casa, lo extrañaba como si se hubiera ido a otro país. Su presencia en los pasillos, cuando podía verlo entrenar durante mis clases desde la ventana, cuando almorzábamos juntos en la cafetería y jugar a quienes pensábamos que votarían para presidente de la clase, aunque siempre perdía, extrañaba eso y cualquier actividad que hacia con Jungkook durante la secundaria y el tiempo que él estuvo conmigo. 

Cuando terminaron las clases, salí hacia la puerta principal donde esperaba a que Jungkook me estuviera esperando con su auto, inclinado sobre él para parecer más rudo y guapo enfrente de las demás chicas, estúpido. Busqué a Jungkook en el mismo lugar de siempre donde él estacionaba su lujoso auto pero no había rastro de él, decidí esperarlo un poco ya que probablemente le habría pasado algo y simplemente llegaría un poco más tarde que siempre, lo que no pensé es que ese pronto se volvería en una hora. 

Decidí caminar sola a casa ya que no esperaría más al idiota de Jungkook, mi celular se había quedado sin batería de tanto llamarlo y que no conteste, estaba oscureciendo así que apuré el paso para llegar a mi casa más rápido. Cuando me estaba acercando lentamente a la puerta del edificio pude ver el auto de Jungkook en la puerta y a él sentado en las escaleras con la cabeza agachas, me acerqué lentamente y decidí tomarme como chiste la situación.

—Sé que olvidarte de pasarme a buscar por la escuela es un pecado para ti, pero no te preocupes, tengo piernas para caminar tonto. —Al terminar de decir esas palabras rápidamente Jungkook se levantó y se abalanzó sobre mí abrazándome con fuerza. —Oye, no es par tanto.

Escuchaba sus sollozos y pensaba que era algo más que sólo olvidarse de mí, correspondí a su abrazo lentamente y palmee su espalda lentamente tratando de tranquilizarlo. A este punto ya no podía tomármelo a broma ya que Jungkook nunca llora, estaba asustándome porque era grave lo que le había pasado para que esté así.

—¿Qué sucedió Jungkook? —Pregunté con preocupación mientras acercaba mi nariz hacia su cuello para susurrarle en el oído, obviamente con mi estatura no llegaba. 

Acaricié su cabello un poco y me separé un poco para mirarlo a los ojos, tenía miedo de que fuera algo que fuera irreversible, algo que también podría separarnos o algo que dañará por completo su estabilidad emocional y mental. Jungkook en sí es muy sensible pero sólo suele demostrarlo conmigo y yo suelo demostrarlo con él también, realmente buscaba la respuesta en sus ojos grandes y profundos llenos de lágrimas, era como si un río sereno se desbordara de la nada, sus ojos cafés oscuros como los de un ciervo se fijaron sobre mí y pronunció las palabras que me dejaron sin ganas de vivir. 

—Embaracé a Ja Ryoung... —Su voz volvió a quebrarse y me abrazó con mucha más fuerza que antes, parecía como si estuviera destruido y quizás decírmelo de esta manera lo estaba matando. 

En cuanto a mí, estaba atónita y mi corazón había dejado de latir. Mi mundo se cayó abajo al escucharlo y no podía reaccionar a lo que me había dicho, quería llorar junto a él porque realmente sentía una sensación de angustia en mi pecho, una nueva sensación que no había sentido desde hace mucho tiempo. Sus palabras daban vueltas en mi cabeza y no reaccionaba para corresponder a su nuevo abrazo, estaba destrozado y yo sólo pensaba en mil cosas en mi cabeza, además de que sentía realmente que mi corazón no latía.

No estaba latiendo...






El Estúpido De Jungkook | j.jkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora