▫️🍃Xiao🍃▫️

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N/A: Este one-shot esta basado en una playlist que encontré en Youtube y me encantó la idea. Respectivos créditos a su creador/creadora por la idea.

Aviso: mención de heridas y sangre.

Palabras: 1095

En la escena, se encontraban diversos hilichurls, mitachurls y magos del abismo

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En la escena, se encontraban diversos hilichurls, mitachurls y magos del abismo. En el centro, Xiao y yo nos hallábamos en guardia cubriéndonos las espaldas. Los hilichurls finalmente arremetieron contra nosotros, mientras dos mitachurls con escudo se quedaban en la retaguardia. -Sólo son unos cuantos monstruos, será fácil- decía con una expresión confiada, a lo cual Xiao respondía con un simple suspiro.

Todo parecía ser como siempre... Al caer la noche, purgábamos juntos los campamentos cercanos a la posada Wangshu y los no tan cercanos de vez en cuando. Hoy estábamos lejos de la posada, puesto que tuvimos que ir hasta la Colina Wuwang.

-¡Detrás de ti!- avisó Xiao, sobresaltándome y girando rápidamente para contrarrestar con mi visión anemo los fragmentos de hielo que estuvieron a punto de atravesar mi cabeza. Me lancé contra el mago del abismo, rompiendo su escudo tras asestar varios golpes con mi arma. Finalicé con su existencia en poco tiempo, dando por finalizada la caza. Me giré a ver a mi compañero con una sonrisa, la cual no tardó en desvanecerse.

Xiao se encontraba en el suelo, rodeado de energía oscura. Solía lidiar con aquello diariamente, pero esta vez era diferente. Había mucha más oscuridad, y el Yaksha temblaba de rodillas en el suelo, con las manos en la cabeza. -¡Xiao!- llamé mientras corría hacia él no sin antes hacer desaparecer mi arma, ante lo cual exclamó-¡Aléjate inmediatamente!- me quedé quieta en el sitio, sin saber que hacer. "¿Sólo puedo verle sufrir?" me pregunté, impotente.

Segundos después, se incorporó. No me miraba, sólo mantenía su cabeza baja mientras caminaba hacia mi, lanza en mano. -Oye, ¿está todo bien? Regresemos a la posa- - fui interrumpida por un estoque, al cual solo pude anteponer mi mano y evitar que aquella lanza se enterrase en mi estómago. Solté un pequeño gruñido de dolor, alejando la lanza de mí. -¿Y esto a qué viene? ¡Responde!- exigí de manera inútil, ante lo cual los ojos ámbar del Adepti me miraron finalmente. Solo que ahora estaban repletos de sed de sangre.

Di unos pasos atrás, incapaz de afrontar la situación que tenía delante. Xiao me había avisado de como tendría que acabar conmigo si la oscuridad me invadía, sin embargo...

¿Él había llegado al límite que podía controlar?

Se abalanzó sobre mi haciendo uso de su intimidante velocidad, sin embargo, yo ya había echado a correr. -La villa abandonada... Tal vez pueda esconderme en las ruinas.- pensé en alto, acelerando el ritmo. Por detrás, el Yaksha iba acortando la distancia entre nosotros.

Los fuegos fatuos indicaban la llegada a la Villa Abandonada, al igual que los abetos que cubrían el lugar. Me escondí en lo que quedaba de lo que una vez fue una casa, y no pasaron muchos segundos antes de escuchar la llegada de Xiao. -Las voces no paran... El sufrimiento eterno al que estuve condenado desde mi mísero nacimiento. Sin embargo ahora...- una risa retorcida y propia de alguien sin cordura erizó mi piel, tapándome la boca para que no se escuchase mi agitada respiración. -Ahora solo me piden que mate.- miré al peliverde, ahora al lado mía. Sus ojos brillaban con la luz de la luna, y una sonrisa tétrica lo hacía ver aún peor... Traté de alejarme, pero no reaccioné a tiempo antes de que el Yaksha me tomase del cuello y me alzase. El oxígeno comenzaba a faltarme a juzgar por mi vista borrosa y la ausencia de fuerza. Invoqué mi arma y la clavé en su brazo como pude, logrando zafarme del agarre. Quedé en el suelo, tosiendo unos segundos ya más alejada de él, mirandolo mientras él se arrancaba el arma y la tiraba lejos. Me miró con furia caminando hacia mí, como no, lanza en mano.

Fue entonces cuando lo recordé.

-La flauta de Dihua calmó de algún modo todo dolor que había en mí. Sentía como si mi deuda kármica se disipase.-Contaba un guardián yaksha de ojos ámbar en la terraza de Wangshu, sentado en la barandilla mirando a la Luna ante la mirada de unos ojos (c/o). -Es posible, a veces la música es la única capaz de calmar los corazones de las personas, e incluso los adeptus.- respondí con una sonrisa mientras miraba la flauta que ahora se hallaba en mis manos. Nunca olvidaría la noche en la que Xiao me obsequió con aquel instrumento.

Saqué la flauta de mi bolsa, comenzando a tocar la melodía que siempre tarareaba cuando se creía que estaba solo. Aún así, mantuvo su paso constante hacia mí, mientras yo retrocedía con cada paso que él daba. Mientras tocaba, lo miraba a los ojos suplicante, esperando que surtiese efecto.

Para mi desgracia, la situación no cambió aparentemente. Detuve mis pasos, cerrando los ojos mientras seguía tocando. Si debía morir allí, lo haría. Después de todo, podría agradecer que quien acabase con mi vida fuera mi más leal amigo, y el adeptus que se llevó mi corazón sin pedirlo.

Los pasos se detuvieron frente a mí. Cerré aún mas fuerte los ojos esperando mi final, el cual nunca llegó.

Noté un gran peso en mi hombro, causando que abriese mis ojos con sorpresa.

Xiao se encontraba con la cabeza en mi hombro. Solté la flauta inmediatamente, abrazándolo. -¿Xiao?- pregunté preocupada. Una voz cansada pero tranquila me respondió. -(T/N)... ¿Por qué te arriesgaste tanto? No me podría perdonar si te hiciese algo...- sonreí un poco, feliz de haber recuperado al Guardián Yaksha. -Porque si no te salvaba, no estaríamos en paz.- El chico despegó su cabeza de mi hombro, ahora frente a mí con una sonrisa muy pequeña, pero notable y cálida. Aquella no erizó mi piel, sino más bien causó un rubor leve en mi rostro. -Estuvimos a iguales desde que eres mi compañera.- el rubor anterior se intensificó, lo cual devolvio los colores a mi rostro. -¡No digas eso como si nada!- me giré para darle la espalda, confundiendo al pobre adeptus.

"¿Acaso me expresé incorrectamente?" pensó Xiao.

Él la miró extrañado, sin preocuparse por sus heridas. Ahora su atención estaba en (T/N), a quien nunca antes le había dirigido la palabra de esa forma.

Quería decirle lo que no paraba de pasar por su cabeza, pero no era el momento, o para él nunca lo era.

Así esperaría (T/N), incapaz de decirle nada acerca de sus sentimientos, a que Xiao fuese capaz de abrir su corazón.

𝗙𝗮𝗿 𝗮𝘄𝗮𝘆 𝗳𝗿𝗼𝗺 𝗵𝗼𝗺𝗲 | Genshin Impact One-shots  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora