ᴀᴘᴏᴄᴀʟʏᴘꜱᴇ [taekook]

{1} 𝘛𝘩𝘦 𝘉𝘦𝘨𝘪𝘯𝘯𝘪𝘯𝘨

Las acciones del ser humano destruyen, matan, aniquilan lo bonito de este mundo y lo convierten en algo de usar y tirar.
Realmente no pensé que la Tierra iba a ser una de las consecuencias de estas acciones. A lo mejor justicia, esa seria la palabra que la madre naturaleza usaría, venganza, a lo mejor.
De un día a otro puedes convertirte de un adolescente con problemas para integrarse en una nueva ciudad a un superviviente, o bueno, ese era mi caso.

Narrador omnisciente

Corea-Seúl -14/06/2010

10:05

Un hombre de aspecto joven y elegante entraba a la cocina rebosante de energía y de nerviosismo. Al lado de él su esposa, una mujer de apariencia refinada, cocinaba alegremente. Y a su vez, una chica y un chico entraban, adormilados, a ese comedor, dispuestos a desayunar lo que su madre cocinaba efusivamente.

-buenos días chicos- saludó el hombre.- ¿Me darán fuerzas para hoy?- el señor rió nervioso, acomodándose la camisa por quinta vez. Ellos asintieron.

- papá te estas poniendo nervioso por nada, y deja ya la camisa, al final nerviosa me voy a poner hasta yo.- dijo adormilada y estampando su cara a la mesa la mayor de los dos.

-además, eres genial en tu trabajo, "top 8 de los hombres mas inteligentes en corea, exitoso empresario bla bla bla"- habló esta vez el chico con burla en sus palabras repitiendo lo que una vez un reportaje en Corea dijo, se levantó y golpeó la espalda de su padre- papá, por fin te están dando el reconocimiento que mereces así que ve allá con todas tus fuerzas- dijo levantando el puño de manera heroica haciéndo reír a su padre.

-normalmente no eres así, y tu tampoco sueles despertar así- señaló a la chica que todavía posaba su cabeza en la mesa- os burláis de mi pero no soy el único que está nervioso por su primer día por aquí- los dos levantaron la cabeza desviando la mirada avergonzados.

Era un día tranquilo, realmente lo era, en ese momento lo que mas le preocupaban a los dos era como se integrarían en ese nuevo instituto.

Y es que la familia Jeon era, no mundialmente, pero si bastante conocida en Corea, los dos hijos del matrimonio Jeon, Jeon Yeji, la mayor de 20 años de edad y Jeon Jungkook el menor con 16 años, nuestro protagonista.

-hey, pues sr. Jeon, espero que deje de reírse cuando se entere que son las 10:20- dijo su esposa, obviamente, intentando hacer que su marido deje de burlarse de sus hijos para no llegar tarde a su primer día de trabajo.
El hombre miró sorprendido el reloj de la pared, para después salir corriendo y agarrar su maletín y su abrigo.

-Gracias por avisarme cariño, muy considerado de tu parte- dijo con burla mientras dejaba un beso en sus labios y dos besos en las mejillas de sus hijos, despidiéndose- los veo luego chicos, suerte en su primer día de clases- señalando al chico pelinegro que aún reflejaba estar nervioso- y de universidad- señalando a Yeji, quien parecia muy distraida.

Después de oírse la puerta cerrarse la mujer sirvió el desayuno a sus hijos mientras recogía sus cosas para llevar a los chicos a clase.

En todo el camino el menor de los jeon estuvo apoyado en la ventana, pensando en como seria su vida a partir de ahora, ¿tendrá nuevos amigos? O ¿encontrará a ese amor adolescente que tanto salian en sus libros? A lo mejor, porfin seguiria con las clases de canto y baile despues de tanto tiempo, se sentia tan emocionado y tan perdido en sus pensamientos que no notó que su madre ya habia llegado al aparcamiento de su nuevo instituto.

-Jungkook-ie, llegamos- avisó su madre, su hermana no decia ninguna palabra, en otra situación esto seria muy diferente.

-si mamá, gracias, nos vemos mas tarde- el pelinegro se despidió con un ademán de manos, el pitido del coche le hizo parar. Al girarse vió a su hermana riendose y a su madre con una mirada burlesca.