Coincidencia Perfecta [Deku X Reader]

Un Lazo Perdido.

Izuku Midoriya.

Por favor detente.

Por favor detente

Por favor detente.

La estas lastimando.

Eso gritaba una parte de mi, pero apenas sonaba como un murmullo lejano, y cada vez que llegaba a mi conciencia, un gran sonido de interferencia me molestaba, me arrancaba de mi mismo y escupia una versión incontrolable.

Habían momentos en que sentía que era dos personas, y otros en que sentía que era una sola, y que toda esa furia, en realidad era mía, toda mía. Y que todos esos pensamientos, esas palabras, esos gritos, eran míos y no podía detenerme, no quería.

Pero luego volvia.

Por favor detente.

Por favor detente

Por favor detente.

No quiero herirla.

Se sentía como un sueño, un sueño temible, del que no podía despertar.

Déjenme salir.

Déjenme parar esto.

Puppy, no se merece esto.

Lo siento.

Sentía que me ahogaba, y que desde la profundidad gritaba en silencio. Sin lograr nada, sin ser escuchado.

Hasta que llegó el momento, en que el monstruo sin freno se detuvo, el murmullo seguía siendo suave, hasta que una luz tibia y azulada lo tomó, y le dio eco, me sacó, me levanto y me hizo sentir en paz. Consigo trajo una esfera de destellos de diferentes colores, sabía lo que era, lo había visto antes.

El One For All.

Estaba tranquilo, como en una armonía perfecta conmigo.

Como una parte de mi, despedazada, que volvia perfecta.

—Tienes que regresar.—Escuche de él en bucle.

Me tendió un hilo visible entre toda la oscuridad que me rodeaba, me jale de él, hasta que a mis ojos finalmente los cegó la luz del día.

Y volví.

Todo estaba destruido.

Apenas me mantenía en un trozo de tierra que estaba al nivel original del suelo, a diferencia del enorme socabon de desastre a mi alrededor.

Estaba mareado, perdido.

Y la cabeza me dolía de manera punzante.

A lo lejos vi a mis amigos, todos estaban asustados, mirándome.

Mirándonos.

Lo siento. Pensé.

Y luego la vi a ella.

Y a aquella mirada que decía. "Pará mí estas muerto"

La mirada que podía hacer correr a cualquiera, pero que en el fondo mostraba una gran tristeza.

Yo le quite la sonrisa. Yo la rompí.

Y me dolió, en cada mínimo centímetro de mi corazón. Estaba herida, por dentro y por fuera, y era todo obra mía.

Temblaba, pero apenas se notaba.

Quería ir a decirle "Todo esta bien, estamos juntos en esto"

Pero ese era el problema. Estábamos juntos en esto.

De repente sus ojos se cristalizaron. Y me habló.