Otra historia de... Amor?

Capitulo 1

Narradora

Este era un día muy alegre, el sol daba todo su fulgor con el cielo azul adornado de nubes. Un mexicano estaba corriendo por las calles sin rumbo con un dolor en el pecho que lo torturaba cada vez que recordaba lo que habia visto hace unos momentos, llegando a su casa abrio la puerta entrando a la casa para cerrar de golpe para dejar caer las lágrimas que rogaban ser liberadas, llegando a su habitación hizo lo mismo que en la entrada dejándose caer poco a poco en el frio suelo llorando por el dolor y decepción de quienes creía ser los countrys más importantes en su vida..

Hasta ese día...

México

Estaba tan enojado, dolido, molesto que no podría creerlo, no esperaba que dos personas muy importantes para mi me apuñalaran por la espalda! No podía quitarme esa imagen de la cabeza, ellos dos estando juntos pensé que era una equivocación hasta que los escuche y darse un abrazo con cara de tomates! Y apunto de besarse!!

Me sentía un idiota era tanto el coraje que practicamente les grite cosas sin pensar y sin dejarlos hablar, no pude seguir en ese lugar que me fui dejando al poste de luz y al adicto al maple atrás sin escucharlos. Llegando a mi casa para desquitarme, tiré todo lo que era de quien decía amarme a la basura; rasgando fotos, tirando los regalos que me dio, incluso el suéter que me dio lo corte con unas tijeras para seguir llorando...

* sollozos * snif...

Me dolía más la traición de mi mejor amigo que del ruso, sentía un nudo en la garganta que parecía quererme quitar el aire aunque con bocadas de aire la recuperaba. Todo se había ido a la mier-

*llamada de Argue*

Si?

Hola como estas?
Estaba pasando por el parque
cuando te vi irte molesto
que ni caso me hisite!

Perdona Argue pero ahora no estoy de ánimos *voz quebrada*

Oye que tienes? De verás
me preocupas

Puedes venir necesito hablar con alguien de esto

Vale voy para haya con Chile y Perú

No puedes dejar a las mascotas en casa verdad?

Te escuche!

Ya vez que no

Bueno los espero

*Fin de la llamada*

Emepce a limpiar el desorden tirando todo lo que había hecho a una bolsa de basura y ordenando la sala como pude, escuche la puerta tocar ni cuenta me di del tiempo que había pasado, de veras que no sabia si estaba encerrado en mi cabeza o en esa maldita realidad.

Narradora

Al abrirse la puerta se veían tres countrys preocupados por el aspecto de su amigo mexicano que se veía sus ojos rojos y algo hinchados, mientras le daban un abrazo con cariño y protección la duda les rondaba en la mente; que sucedió para que uno de los más alegres, divertidos y aventados sin temer a nada pudiera quebrarse así.

Después de darles paso tomo asiento para contar lo sucedido en aquel parque con el ruso y el canadiense. Mostrando a entender a los demás sus motivos de su aspecto y conducta antes de la llamada de Argentina.

Argentina: que vaina!! Como se atreven a hacerlo!!

Chile: ese wueon no sabe de lo que se pierde contigo, es un mal parido!!

Perú: Yo aun no logró comprender que Canadá lo haya hecho, como esto sucedió o en que momento!!

México: me gustaría saberlo también, fui un pinche ciego que ni cuenta me di!!

Argentina: este no es tu culpa, tu solo estabas enamorado con Rusia.

Perú: Si el que te puso el cuerno fue él! No tú!

México: si el que me duele más es Canadá! Creí que era mi amigo como un hermano para mi..

Chile: Si fuera así, no cres que lo hubiera pensado mejor antes de hacerlo?

México: no se que hacer o en que pensar.

Se veía mal el mexicano y eso lo veían sus amigos pero en ese momento recordó el más pequeño de los cuatro que había hecho el contrario por él, así que se levanto de su lugar llenado al mexicano con su mano posando en su hombro para mostrar una sonrisa después de repetir las palabras que alguna vez escuchó.

Perú: mejor desahogate de la forma que tu solo sabes haces

Argentina: gran idea vamos al bar que le gusta y no saldremos de ahí hasta que las penas se hayan ido!

Chile: O hasta que nos saquen!

La motivación de sus amigos le animaban mucho demostrando que no lo iban a dejar solo mucho menos el peruano que sabia por lo que él estaba pasando, después de eso los chicos salieron del hogar del mexicano en una tarde con el cielo pintado de colores y los rayos del sol avisaban su partida, fueron en dirección al bar donde solían recorrer en fiestas, en celebraciónes o en busca de olvidar y superar el dolor de un mal día o, en este caso, de una traición.

Continuara...