–Diario de una suicida–
–Capítulo 11 Parte1.
Lunes 29 de abril de 2013.
La alarma sonaba tan alto que pensé que mis tímpanos dejarían de funcionar, odio las alarmas, y en ese momento me dieron ganas de llorar, estaba de más decir que no quería levantarme.
Tiré las sábanas.
'¡Aléjate de mí, maldito espíritu de la pereza!' – pensé.
Me encaminé hacia en baño, rápidamente me despojé de la ropa y entre a la regadera y me bañe.
Odiaba los lunes.
Me cambié, decidí no peinarme, de todos modos no tenía a nadie a quien impresionar ¿O sí?
Inconscientemente sonreír al recordar a León, sacudí la cabeza alejando a León de mis pensamientos ¿Qué demonios me pasaba?
Llegué a la cocina y me senté.
—Buenos días, querida — saludó mi abuela.
—Buenos días — sonreí, yo adoraba a mi abuela.
— ¿Cómo estás mi pequeña muñeca? —sonrió.
Rodé los ojos.
—Ya no soy una niña, Abuela — sonreí, yo adoraba que ella me dijera muñeca, pero era algo que nunca Admitiría frente a ella.
—Hasta que vea que tengas hijos, siempre serás mi pequeña muñeca —sonrío con ternura.
Rodé los ojos, aunque por dentro el sentimiento hacia ella crecía.
—Hay abuela, Y si tengo hijos, mm, ¿Qué sé yo? ¿En unos tres años? Tu sabes que adoro los bebés — puse cara de pensativa.
Abrió los ojos como plato, reí.
— ¡Ni se te ocurra niña! — gritó pegándome con el trapo de limpieza, traté de esquivarlo pero era difícil ya que estaba sentada.
— ¡Era mentira, abuela! — grité riendo.
— ¡Eso espero! — dijo exasperada, luego comenzó a reír junto conmigo.
Viéndola reír me di cuenta que esa imagen de ella así, era uno de los recuerdos más hermosos que tenía, y sé que el día que ella se tenga que ir de esta tierra, será uno de los días más nublados de toda mi vida.
Mi sonrisa se había borrado, no quiero imaginar estar sin mi abuela, ella es demasiado importante para perderla, mis ojos se llenaron de lágrimas, por suerte ella no se dio cuenta.
—Cuéntame mi vida, ¿Cómo te va en el colegio? — mi corazón se estrujo cuando me llamó 'Mi Vida'
Suspiré por no bufar, mi abuela es demasiado intuitiva.
—Bien — hice un ademán restándole importancia.
Pero la verdad es que últimamente todo se estaba poniendo de cabeza.
No me gustaba mentirle tan descaradamente en la cara a mi abuela, pero sentía que no debía contarle, eran mis 'secretos de chica americana13' solo que no eran tan graves.
Desayuné tranquilamente hasta que me di cuenta que ni siquiera había visto la hora, corrí a mi habitación con la boca llena de comida, miré el reloj de mesa, 5:40am.
Suspiré, me di la vuelta y me quedé en shock ¡¿A qué maldita hora me había levantado?! Fruncí el ceño, y regresé a la cocina, mi tía ya se había levantado y decidí saludarle.
