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Su madre aparcó frente a una casa color crema de dos pisos, nunca la había visitado. Ni siquiera conocía a su prima Lily.

-Vamos Julie, tengo dos horas para llegar al aeropuerto y facturar.

-No tendríamos tanta prisa si me hubieses traído ayer, como te dije.

Ambas sacaron un par de maletas del coche.

-¿Cómo no iba a pasar mi último día en el país contigo?

Julie caminó delante de su madre para que no viese la cara que le estaba poniendo.

-El mejor plan antes de irme, ir a cenar a un restaurante pijo contigo y tu amante ¿Qué clase de adolescente hubiese querido pasarlo con sus amigos?

Steph se puso a la altura de su hija, casi en la puerta.

-Vamos, sabes que no me gusta que llames a Sean de esa manera.

Julie tocó al timbre y miró a su madre.

-¿Es enserio?

Abrió la puerta Mitchel, el marido de Cameron. Al ver a Steph se quedó de piedra, era la única familiar a la que Cam no quiso invitar a la boda. La conocía por los viajes a Missouri. Sin duda la persona más insufrible de la familia de Cam, incluso por encima de su madre.

-¿Steph?¿Qué haces aquí?- Asomó la cabeza dentro- ¡Cam!¡Ven aquí!

Volvió a sacarla, con una sonrisa.

-Verás, he conseguido un trabajo en Londres.

Sonrió más de la cuenta, Mitch asintió y miró a Julie. Le cambió la cara, parecía entender las intenciones de la mujer.

Cam apareció en ese momento.

-¿Steph?¿Por qué estás aquí?

Los tres miraban a Steph esperando que respondiera. Miró el móvil y empujó a Julie hacia la pareja.

-Me voy a Londres en dos horas, Julie se va a quedar aquí un tiempo porque puede que nos hayan vetado la entrada al rancho. En la maleta tiene todo lo necesario y tenéis que firmar un par de papeles para ser... Sus tutores legales. Solo para poder pasar el último año de escuela aquí.

Enseguida salió corriendo hacia el coche.

-¿Qué?¡Espera Steph!

Cam salió corriendo detrás de ella pero ya estaba montada en el coche. Bajó un poco la ventanilla y aceleró. Mitch y Julie miraban desde la entrada.

-¡Adiós cariño!¡Cuídate!

Y se fue.

Cam volvió con ellos y se quedó mirando a su sobrina. Mitch los miraba a ambos, ninguno sabía que decir.

-¿Por qué no vamos dentro?

Cam le pasó el brazo por los hombros y entraron con Mitch llevando las maletas.

-Lo siento mucho tío Cam, sé que mi madre es una mentirosa patológica. Creí que os había avisado, se lo he preguntado más de diez veces en el último mes y siempre me decía que lo había hecho.

Cam miró a Mitch, obviamente al pelirrojo no le hacía ninguna gracia la situación.

-No pasa nada cielo...

Julie miró hacia el suelo. Estaba a punto de llorar.

-¡No! Es mi culpa.- Empezó a derramar lágrimas, parecía impotente. Cam la consolaba.- Besé a una chica durante las vacaciones y la abuela nos vio. Entonces mi madre se divorció y ahora nos hace imposible la vida en casa. No puedo estar tranquila. Por eso le pedí a mi madre quedarme aquí.

Siguió llorando.

-Vamos, no pasa nada. Sé como pueden llegar a ser en la granja, no te preocupes...

Mientras la abrazaba Cam miraba a Mitch asintiendo, el pelirrojo no podía negarse, no después de ese discurso dramático que le había tocado la fibra. Conocía a la familia de Cam y lo... Cerrados que podían ser.

En ese momento apareció Lily, bostezando y en pijama, al ver el panorama en la cocina se giró hacia Mitch.

-¿Qué pasa papá?

Cameron seguía acariciando la espalda de Julie y miraba a Mitch fijamente, al final este cedió y se dirigió a su hija.

-Lily, ¿Te acuerdas de la tía Steph? Esta es su hija...- Miró a Cam y el respondió.

-Julie.

-Julie, se va a quedar con nosotros mientras acaba su último año de instituto.

La chica se separó de su tío y miró a su marido y luego a él.

-¿De verdad os parece bien?

-Claro que sí.

-Ah,- Lily miró a los tres- No pienso compartir mi habitación.

Sus padres la miraron mal pero Julie se rio. Se levantó de la silla y se acercó a Lily para darle un abrazo.

-Encantada de conocerte Lily, yo tampoco querría compartir mi habitación.

-Puedes quedarte en la sala, tenemos un sofá cama.

Mitch miró mal a Cam, ese era el único lugar con televisión. Julie se acercó a su maleta y sacó un sobre.

-Mi madre me dijo que me quedaría en el piso de arriba y me pidió que os diese el alquiler de los primeros meses, el resto lo irá ingresando en mi cuenta bancaria.

Ambos miraron el sobre, parecía abultado.

-¿Enserio? Entonces todo está resuelto ¿No?

Mitch iba a cogerlo pero Julie lo bajó. Se puso la mano bajo la barbilla.

-Aunque puede que también mintiera sobre eso... Supongo que le podría preguntar a papa...

Ambos se miraron, lo que había en ese sobre, a menos que fuesen billetes de dólar. Pagaba de sobra el alquiler de un año.

-Creo que con esto será suficiente- Mitch le quitó el sobre- ¿Por qué no subimos y te enseñamos el piso, Lily te ayudará a vaciar las maletas mientras Cam y yo preparamos el desayuno.

Julie sonrió, todo había salido mejor de lo que esperaba. Sabía que el dinero del sobre sobraría para pagar el alquiler, obviamente su madre no era muy consciente de los precios desde que se empezó a acostar con ese ricachón inglés. Con suerte tendrá novecientos dólares en su cuenta cada mes, suficiente para cubrir sus gastos y darse caprichos.

Los cuatro subieron al piso de arriba, tres de ellos contentos por el dinero que iban a ganar. A Lily no le importaba mucho lo que estaba pasando, solían tener mañanas más raras que esa.

MFDonde viven las historias. Descúbrelo ahora