𝓥𝓮𝓷𝓭𝓮𝓻 𝓽𝓾 𝓐𝓵𝓶𝓪 𝓪𝓵 𝓭𝓲𝓪𝓫𝓵𝓸

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𝓐𝓷ó𝓷𝓲𝓶𝓸
𝓒𝓪𝓭𝓪 𝓺𝓾𝓲𝓮𝓷 𝓬𝓸𝓷𝓼𝓽𝓻𝓾𝔂𝓮 𝓼𝓾 𝓬𝓪𝓼𝓽𝓲𝓵𝓵𝓸 𝓬𝓸𝓷 𝓵𝓸 𝓺𝓾𝓮 𝓽𝓲𝓮𝓷𝓮.

𝖀𝖓 𝖆ñ𝖔 𝖉𝖊𝖘𝖕𝖚é𝖘

Marina

Ahí estaba yo frente al espejo a las 6 a.m. mirando a un punto fijo, como todos los días ahogándome en la monotonía, porque si no eres miembro selecto elegido por las manos divinas del señor: Un heredero a una gran fortuna en otras palabras, eres alimento para este monstruo moderno llamado capitalismo donde si no trabajas no comes así de simple, evidentemente yo no era una heredera mis padres no eran millonarios, es más ni siquiera los conozco, me abandonaron en un mugriento orfanato cuando era una bebé. Cuando cumplí los 18 di gracias al cielo y salí de ese infierno, desde entonces estoy por mi cuenta, tratando de sobrevivir.

Algunas personas para huir de la realidad o del dolor se drogan, se alcoholizan o se distraen con el sexo casual créanme no los culpo si yo fuera normal haría lo mismo, pero eso en mi humilde y cero pretencioso punto de vista es muy de humanos poco evolucionados yo prefiero evitar el dolor y la realidad trabajando, sé que si me esfuerzo tendré la vida que siempre he soñado desde niña. Algo en el fondo de mi lo sabe, siempre me visualizo, sé que merezco algo mejor que esto, no sé muy bien como lo conseguiré, pero sé que lograre tener una mejor vida de la que tengo actualmente si trabajo duro por ello.

No tengo tiempo para hacer las cosas que se supone que hacen los jóvenes de mi edad como salir de fiesta con amigos, es más ni siquiera tengo amigos, si Jenny cuenta entonces tengo una, y mi vida amorosa ni se diga no quiero pensar en eso, la última vez que me enamore de alguien no resulto nada bien solo me ilusiono y me abandono al igual que todos lo han hecho antes, así incluyendo mis padres, por ello el amor no es una palabra que se encuentre en mi vocabulario, porque simplemente nadie jamás me ha amado. Además, no soy la clase de chica que pierde la cabeza por un chico, hay cosas más importantes que sentirte amada por un hombre, como cumplir tus sueños y metas, por ejemplo.

―Deberías descansar un poco mujer ―Jenny interrumpe mis muy intensos diálogos mentales mañaneros entrando al baño, trae puesta una camiseta vieja gigantesca que le llaga hasta los muslos que muy probablemente pertenezca a su novio en turno, se frota los ojos adormilada y se sienta en el retrete.

Jenny es mi compañera de departamento, vivimos juntas prácticamente desde que salí del orfanato, su vida no ha sido fácil al igual que la mía, estaba metida en drogas, a sus veinte ya tuvo dos abortos y aun así cambia de novio cada mes, ella procesa la dificultad diferente a mí, creo que es más fuerte, menos intensa y más relajada, a veces me enoja su falta de responsabilidad, pero Jenny es lo más parecido que he tenido a una familia y la quiero a pesar de su falta de juicio.

―Descansare cuando muera ―Respondo mientras cepillo mi cabello.

―Trabajas doble turno toda la semana y no descansas ni un solo día, como veo descansaras pronto ―contesta con sarcasmo.

―Mi lema es: Si quieres conseguir algo en esta vida debes trabajar duro por ello ―Digo mientras Jenny repite mis palabras en forma de burla ―. Además, sabes que necesito ahorrar la suficiente cantidad de dinero para poder entrar a la universidad, Jenny no quiero ser mesera toda mi vida.

―Lo sé, pero a veces me preocupas, sé que la vida a veces puede ser una maldita, y mira que ambas lo sabemos muy bien, sabes que pienso que trabajar se me hace un gran desperdicio de nuestras vidas, creo que estas atrapada en el círculo: trabajar, comer, dormir, ¿Cuándo empezaras a vivir Marina? Tus veinte no durarán para siempre, a los cuarenta las tetas se te caerán, tendrás papada y arrugas, ningún chico te querrá para entonces.

La Obsesión Del Príncipe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora