Ella se llama Dan

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-Jimin, pon atención- su amigo estaba platicando con los compañeros de atrás sin prestar atención a algo que era claramente importante -Jimin- su amigo no la miraba, se acercó a su oído y con la voz más grave que pudo hacer dijo una vez más -Jimin- el chico volteó de inmediato con cara de pánico, Dan quería reírse pero eso le quitaría credibilidad como tutora, había aprendido algo las dos últimas semanas siendo tutora de Jimin: Uno. No reírse de nada de lo que él dijera dentro del salón. Dos: No pasarle nada, ni tareas, ni exámenes, ni instrucciones. Tres: No perder el control. Esta última especialmente importante, Jimin era el tipo de chico que destruiría tu autoconfianza en un segundo, si, se veía tierno y su risa era adorable, pero ese Park Jimin era -a veces- un monstruo indestructible.

-Dan- Jimin susurró en su oído, Dan lo miró -No hice la tarea- el chico le sonrió y Dan lo miró a los ojos, no había decepción, ni enojo, no había nada.

Luego de un mes Dan finalmente descubrió la debilidad de Jimin: la indiferencia.

Dan no dijo nada, ni le habló el resto de la clase, a Jimin le pusieron una sanción por no hacer la tarea pero eso no le dolió ni un poquito, lo que le dolió en el alma era la mirada de Dan y su silencio.

-¡Bae Dan!- ella no lo miró, él la alcanzó y le sujetó el brazo, ella alzó una ceja y él la soltó -Dan ¿Qué tengo que hacer para que me hables?- ella lo miró de nuevo de esa manera, Jimin no sentía miedo, sino preocupación de que su última oportunidad de le escapara de las manos a cada segundo que esos ojos negros se clavaban en su persona -Lo sabes bien Jimin, no hiciste tu tarea- ¡Era ridículo que Park Jimin le suplicara a una chica que le hablara! ¡Y que encima fuera por una tarea! -La haré Dan ¡Lo prometo! iré a la biblioteca en el receso y la haré- ella lo miró y suspiró -De nada sirve que hagas esta tarea sí no harás el resto, lo que realmente necesito de ti Park Jimin es que te des cuenta de que al que más afectas al no hacer nada es a ti mismo, ni a mi ni a los maestros, piénsalo Jimin ¿Cómo es que la gente consigue autos caros, mansiones enormes y muchos viajes?  Realmente no me importa cual sea tu motivación: chicas, dinero o tu familia, eso no me interesa, sólo busca un buen motivo- Jimin escuchó atentamente y en silencio, Dan podía ser dura como una roca.

Jimin tenía un mejor amigo, Kim Namjoon, era el chico más listo de la clase, pero había sido inútil enseñarle, Jimin siempre terminaba distrayéndolo. Nam y Jimin siempre estaban juntos y como consecuencia Nam siempre estaba con Dan.

Una tarde de martes Jungkook se había quedado a entrenar en la escuela y le pidió a Dan dejar unos papeles importantes en su casa, Dan tomó el folder amarillo y al llegar a casa de su mejor amigo dejó los documentos en la mesa. Dan quería llegar pronto a casa, ese día a las 4:00 transmitirían el último capítulo del drama que estaba viendo. -Hola, ¿Cómo estás?- reconoció esa voz grave, Taehyung había llegado de la escuela, dejó las llaves en la mesa -Bien, ¿Y tu?- Tae sonrió -Mejor ahora- Dan sonrió, estaba nerviosa -Dan ¿Te gustaría  ir a comer algo?- ella asintió.

Salieron de la casa, comenzaba a atardecer -¿Puedo tomar tu mano?- Tae miró a Dan, su piel era de un ligero café bajo la cálida luz del sol, sus ojos sonrieron, ella tomó la mano de Taehyung primero, la mano de Tae era más  grande que la suya, él sostuvo la mano de la chica hasta llegar al restaurante de pollo frito, incluso dentro, al ordenar y al sentarse no se soltaron la mano. Ambos se miraban fijamente sonriendo, hablaron de cosas que nunca habían hablado como lo mucho de Dan amaba comer, el como Tae a veces arrugaba la nariz cuando algo le disgustaba, y la manera en que se veían el, uno al otro -Dan, me gustas- ella estaba comiendo, lo miró a los ojos -Taehyung, tu también me gustas- dijo con la boca llena, ambos rieron y tomaron sus manos aún más fuerte.

Al salir del pintoresco restaurante con sus respectivos vasos de soda comenzaron a hablar -¿Hace cuanto te gusto?- Tae miró al cielo que ya estaba oscuro -No lo sé, no recuerdo la fecha exacta, de un tiempo para acá comenzaste a llamar mi atención, el sonido de tu risa, las facciones en tu cara, tus gestos, tu voz comenzó a sonar diferente que antes y mientras más tiempo pasaba contigo más me daba cuenta de tus sentimientos y de que yo sentía lo mismo que tu- Dan se detuvo -¿Lo sabías?- Tae asintió -¿Porqué no dijiste nada?- Tae miró al suelo un poco avergonzado -La verdad es que no estaba seguro al cien porciento, pero ese día  bajo la mesa...- volvió a mirarla de esa manera, como sí ella brillara y no hubiera nada más hermoso que su presencia, y a partir de ese momento jamás dejó de mirarla de esa manera.

Caminaron un rato más, Tae acompaño a Dan a su casa, era a unas calles de la escuela, era color azul y las luces dentro estaba encendidas.

-¿Somos novios ahora?- Dan se sentía tonta, odiaba sentirse así, no era culpa de Taehyung, era sólo que no sabía que hacer -¿Quieres ser mi novia?- esa pregunta le puso a Dan un sonrojo agresivo en el rostro, Tae sonrió al notarlo -Si- el chico alto la abrazó y le dió un beso en la frente, se miraron a los ojos y ambos sonrieron.

Dan entró a su casa.

Le contó todo a Jungkook al día siguiente -¡Con razón entró tan sonriente!- ambos estaban emocionados, sobre todo Dan, el chico de sus sueños le había hecho esa pregunta y había sido un momento hermoso.

-Daaaan- Jimin la llamaba -¿Porqué sonries tanto? ¿Hice algo bueno?- Dan rodó los ojos -¿Hiciste tu tarea?- Jimin acintió, sacó su cuaderno y le mostró las hojas llenas de palabras -¿Porqué estás tan contenta entonces?- Dan y Jungkook se miraron -Dan tiene novio- la leve sonrisa en la cara de Jimin se desvaneció, no pudo evitar pensar en su amigo: Namjoon.

Namjoon no solo era el más listo del salón, también era el más guapo, todas las chicas querían salir con él y aunque en realidad era un poco torpe con las chicas sabía como conquistarlas.
Jimin nunca vió a Nam realmente interesado en alguien hasta que comenzaron a sentarse diario con Dan, Jimin nunca vió a su amigo avergonzarse frente a una chica hasta que Dan se mantuvo seria luego de una graciosa broma que Nam había contado, finalmente Jimin sería el que tendría que lidiar con un Namjoon de corazón roto, porque podría ser un pesado, pero jamás abandonaría a su amigo.

-Dan- la chica volteó a mirarlo rápidamente, estaba haciendo anotaciones en su cuaderno -Dan, ¿Me das un beso?- ella paró de escribir -No- y siguió escribiendo, y esque lo había dicho de una manera tan natural cóomo si le hubiera preguntado si quería un dulce o una bebida, por un segundo Namjoon sólo la miró, un poco incrédulo, nisiquiera reaaccionó intentando insistir, simplemente regresó a sus asuntos ¿Había algo malo con él? Talvez Dan no lo había escuchado bien, ¿Debería volver a preguntar? 

Jimin volvió del baño y se sentó junto a la chica de cabello café, no habló con ella el resto del día.

Kim Namjoon estaba confundido ¿Qué había pasado?

Ese día Dan tuvo una segunda cita con Taehyung: fueron al centro comercial y comieron un helado, estaba nerviosa, claro, pero era una sensación diferente a todo lo que había sentido antes, sólo podía mirarlo a él, sólo sabía sonreirle, tomaba su mano con la izquierda y su helado de vainilla con la derecha -Tae- él la miró y ambos sonrieron -Hola- rieron -¿Cómo te fue en la escuela hoy?- preguntó Taehyung -Bien, estuve ocupada haciendo tarea porque quería la tarde libre, un chico lindo me invitó al centro comercial- Tae rió y la miró -¿Oh, si? ¿Qué tan lindo?- Dan se detuvo y lo pensó un poco -Bueno, realmente lindo sabes, el típo de lindo que es alto y dulce- siguieron caminando -Suena increiblemente atractivo- Dan acintió -Si, y está justo por allá- caminó hacia la derecha pero Taehyung no soltó su mano, ella se detuvo y él la besó en los labios, Dan estaba sorprendida, no es que fuera su primer beso o que no supiera como besar, era más bien que estaba sorprendida, no se lo esperaba y derrepente se estaba derritiendo en los labios sabor vainilla de Taehyung, Kim Taehyung: su novio.