Kelü tomó la cuchara con timidez.-Tengo hambre- dijo al meter el utensilio en la sopa, que era tan transparente que desconcertaba. Los ingredientes podían verse perfectamente. Eso le agradó- Tengo hambre, muero de hambre, pero no quiero comer. Llévate esto por favor.
Bills la miró sin expresar absolutamente nada. Tomó la bandeja que había dejado en el regazo de la muchacha y esta, volvió a acostarse de cara a la pared.
Para morir de hambre se requiere una enorme fuerza de voluntad. Se necesita reprimir uno de los impulsos biológicos más fuertes, en los seres vivos, para conseguirlo y desde luego tomaba días. Era una muerte lenta y difícil.
-Realmente no quieres vivir- le dijo Bills y sonó menos arrogante que otras veces.
Kelü no hizo comentarios y cerró los ojos para dormir. Bills cerró la puerta tras él. Fue a su habitación a paso lento. Con cuidado dejo la sopa sobre su mesa de noche para probarla. Su sabor era exquisito. Todo estaba en perfecto equilibrio. Todo era como...Se interrumpió a si mismo y repaso los momentos en que había visto a Kelü, interactuar con la gente de la casa.
Aquella muchacha siempre sabia lo que iban a preguntarle o lo que le iban a pedir. A veces, como si estuviera jugando, terminaba las frases de las personas. En ocasiones adivinaba los acontecimientos que le iban a relatar o que estaban por suceder. Predecía el clima, encontraba objetos perdidos. La razón era el exceso de información que extraía de las personas. Kelü tenía la habilidad de leer muy rápido a la gente. No solo eso, sino también de retener esa información, compararla y crear estadísticas de comportamiento que le permitían adelantarse a las acciones de los damas o describir, lo que otros estaban haciendo. Su cabeza era como un centro estadístico. Sus inferencias eran demasiado acertadas por lo que para Kelü,la gente se tornaba predecible, aburrida. Muy pocas cosas eran capaces de esconder de ella.
Kelü sabia cuando la gente mentía u omitia información. Sabia cuando alguien tenía un gesto genuinamente amable o cuando solo era gentil. Sabia si alguien era de confianza o cuando no lo era. Kelü sabia mucho de la gente y entre más permanecía con ellos más sabia. Su hastío de las personas la hacia aislarse de ellas. Aquella capacidad con la que nació o bien desarrollo, era su infierno. Uno tan insoportable que la hacia querer apagar todos sus receptores para solo morir.
La gente se miente todo el tiempo. Lo hace con o sin intención. La gente es gentil para no resultar molesta a los demás. La gente sonrie para no ser hostil, omite, pone su mejor su cara y nadie se detiene a pensar demasiado en lo farsantes que somos. Es parte de la vida en sociedad, no ser honestos con los otros ni con nosotros mismos.
Kelü podía ver a todos sin esa mascara. Kelü veía las cosas, en especial a las personas, tal y como eran nada más. Sin adornos, sin ninguna parafernalia. Por eso se sentía así: hastiada, abrumada. Todo era gris e insípido. Nada le habría el apetito.Bills lo entendió al ver aquella sopa. Así veía Kelü el mundo.Se quedó sentado, en la cama, por largo rato hasta que se levantó como empujado por una fuerza invisible. Abrió la puerta de Kulü,con fuerza, azotandola contra la pared. Al ruido, Kelü despertó quedando sentada en la cama.
-¿Qué pasa?-exclamó la chica, algo asustada.
-Muchas cosas pasan en el cuerpo humano cuando este es privado de alimento- le dijo Bills,caminando hacia ella- Una de ellas es la disminución de glucosa en la sangre, por lo que el cerebro se queda sin ella. Cuando esto ocurre la capacidad de concentración disminuye. Y eso es lo que tú buscas. Permanecer en un estado que no te permita percibir el mundo en toda tu capacidad ¿Me equivoco? ¡Responde! ¿Me equivoco?
Kelü estaba algo mareada por lo que al levantarse, de la cama,casi se cayó. Bills la tomó por el brazo y la sostuvo, pero sin delicadeza alguna.
-Es correcto- le contestó Kelü, pero apenas se escucho su voz.
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¿Comer o no comer?
FanfictionÉl era un chef. Ella se negaba a comer. Eran el uno para el otro.