Shadow |L.P.| [SIN EDITAR]

Capitulo 7

Liam

-¿No piensas hablar por tu cuenta?-pregunté amenazante y observé como su cuerpo se tensaba.

-Es que ya te he dicho que no sé-su voz es apenas un susurro.

Presioné la mandíbula como lo hacía siempre que estaba frustrado y pensando en algo.

-Entonces lo haremos por las malas-dije lanzándome sobre ella en la cama.

Presioné mi cuerpo contra el suyo para impedir que se moviera y sostuve sus muñecas con una de mis manos sobre su cabeza dejando mi rostro a centímetros del suyo.

Ella olía increíblemente bien para una persona que no se daba un baño hace más de veinticuatro horas.

Note como su pecho subía y bajaba rápidamente debido a su agitada respiración, estaba más que nerviosa.

Y eso me hacía inmensamente feliz, me encantaba ejercer control y temor sobre las personas.

-Eres muy bonita, sabes-murmuré contra su oído mientras mi mano libre acariciaba descaradamente su muslo, en segundos empezó a retorcerse bajo mi cuerpo.

-¿Qué vas a hacer?-preguntó espantada en un hilo de voz.

-Nada-respondí sincero deteniendo mi mano justo sobre su muslo, sus aterrados ojos celestes perforaban los míos-Si me dices lo que quiero saber-concluí sin dejar que su penosa mirada me intimidara.

No pensaba hacerle nada, si me decía lo que quería saber, claro.

De lo contrario debía buscar una estrategia para que confiese de una puta vez por todas.

Estaba jodidamente cansado de esto.

-Te juro que no sé nada-se quejó dando paso a incontenibles lágrimas, lo miré ceñudo antes de acercar mi rostro hasta el suyo y trazar un camino húmedo de besos desde su cuello hasta su mandíbula, para luego detenerme a centímetros de sus rosados labios, arrastré mi mano por la suave piel de su muslo y luego la dejé sobre su parte sensible.

-¿Estás segura?-pregunté y volví a besar su cuello, pero está vez descendí hacia sus pechos provocando que ella se removiera incomoda.

Estaba disfrutando tanto de esto.

El sufrimiento de otros era mi mayor goce, sé que suena desquiciado, pero es la verdad.

Me deleitaba sentir su tembloroso cuerpo, o la forma en la que apartaba la mirada intimidada, o como se sobresaltaba cuando oía mis pasos.

-Sí, mi padre no me dio nada, te lo juro-exclamó impotente entre fuertes sollozos-Detente por favor-suplicó a la vez.

Bien, era suficiente.

Si hubiese tenido algo que decir ya lo hubiera dicho, habrá que probar otra estrategia.

Me quité de encima de su tembloroso cuerpo para ponerme de pie.

-Puedes irte-dije seco fulminándola con la mirada.

-¿Hablas en serio?-pregunto dudosa.

-Vete en este preciso instante-volví a decir, de inmediato se puso de pié y echo a correr hacia la puerta como un corderito huyendo de un cazador.

Tendríamos que probar el plan B, este si daría resultado. Lo habíamos planeado hoy en la Fracción.

Cuándo Tony la secuestre pedirá auxilio, de eso estaba seguro, será entonces cuando la ayudaremos y  no le quedará de otra más que decirme lo que quiero saber.

-Volveremos a vernos Elizabeth, pero la próxima vez estarás aquí porque así lo quieres-dije lujurioso dándole la espalda.

Ella no respondió, solo salió corriendo sin siquiera dar las gracias.