En nuestro pórtico

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✿ En dedicatoria especial a mis 100 y algo más de seguidores. ¡Gracias por tanto! 


"¿JiMin nunca sale de casa?" HoSeok preguntó con sorpresa.

YoonGi tomó de la mano a su novio discretamente mientras golpeaba a su mejor amigo en el hombro y lo enviaba lejos del preciado espacio personal de JiMin.

"No, déjalo tranquilo. ¿Puedes darle por favor algo de espacio?"

—Tonto, HoSeok... —susurró JiMin molesto, sentado en el suelo.

Ató los cordones de sus botas que YoonGi le regaló la navidad pasada. Era de un encantador cuero café como su propio cabello, su novio se las compró porque le recordaban a él y lo obligó a prometerle que alguna vez las usaría en el mundo real.

JiMin se lo prometió con entusiasmo, alguna vez no sonaba pronto.

Ahora sí lo era.

Hizo un nudo extraño de agujetas con los dedos temblorosos como lo sentía pesado sobre su garganta.

Recordaba a HoSeok balbuceando sobre comprar boletos de cine para los tres.

Sinceramente el mejor amigo de su novio es un tonto por hablar de eso, tonto por invitarlo a lugares que suenan genial, tonto por bromear con YoonGi sobre lo borracho que estaba la noche pasada y como casi se cae en el cruce peatonal de regreso a casa. Porque JiMin no puede ver esas cosas y no conoce ni la mitad de su ciudad en la que siempre ha vivido.

Es tan tonto que eso le lastime como un puñal.

No puede pasar de las calles con el meñique envuelto con el de su novio. Y muchas veces mira por la ventana a la casa vecina de YoonGi, pensando en cuánto tiempo pasarían juntos si fuera capaz de poner un pie fuera del pórtico por una estúpida y odiosa fobia.

Imaginando el día en que su pareja despierte y sepa que no quiere estar atado a alguien tan patéticamente asustadizo. Podría ser cualquier, podría ser hoy.

Él ató el otro pie, haciendo un desastre con los cordones porque siendo sincero no podía recordar cuando fue la última vez que usó zapatos de verdad.

Todavía estaba nevando afuera. Podía verlo por la ventana estrecha del pasillo del recibidor, aunque debería haber un sol caluroso.

O es así como ha escuchado JiMin que es la primavera. El último recuerdo que tiene en el exterior, es en su patio trasero con el sonido de la lluvia y el agua fría sobre su piel, era un niño.

Todos los recuerdos recientes que ha tenido en la primavera son las manos heladas de YoonGi acariciando cariñosamente la piel dentro de su camiseta y el sol golpeando entre las pesadas cortinas amarillas.

Era aterrador pensar en la locura que estaba a punto de cometer, pero sólo su propia mente podría detenerlo.

—Tonto, HoSeok —repitió, apretando los dientes. Su molestia hacia el mejor amigo de su novio es lo único que tenía para hacerlo.

Nunca se sintió tan fuera de balanza hasta que conoció a HoSeok en el pórtico de su casa, odió su olor a exterior y como abrazaba a YoonGi. Irradiando confianza.

—¡Tonto, HoSeok!

Gritó, poniéndose de pie. El suelo pareció agitarse bajo sus dos piernas cobardes, pero él se apoyó contra la pared obstinadamente avanzando hacia el pomo de la puerta.

No tenía ganas de correr más y aunque el afuera todavía le parecía muy aterrador, después de diez años encerrado se negaba a dejar que HoSeok tenga más de YoonGi que él.

Afuera [YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora