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Curiosamente Rusia sólo guardo un poco su distancia pero no cambió mucho en realidad.

Era muy amable, te vez en cuándo daba uno que otro cumplido lo que le agradecía sonriendo.

ONU le vió fin a mi capacitación cuando el pudo tener en cuenta la opinión de los demás y debatió sobre la mejor solución, también alegaba a una neutralidad bastante marcada.
Sin duda le aprendió bastante.

Por mi parte regrese a mi oficina a terminar el trabajo que se me había acumulado un poco.

México - Rusia me habló emocionado en la puerta de aún nuestra oficina.

Que pasa chamaco? - le pregunté buscando un papel. El hizo un puchero de molestia y no tenía que verle para saber que lo hacía. Era una reacción bastante marcada en él.
Me reí y él habló de nuevo.

No soy un chamaco, solo tengo 5 años menos que tú - contestó incómodo.

Para mí eres un chamaco - contestó con una sonrisa.

Bueno, puede este chamaco darle un presenté? - dijo con calma e inocencia el ruso acercándose al escritorio del mexicano.

No lo sé, dependiendo - me aria del rogar, sonreí ante la idea.

Gane un incentivo por mí trabajo... Amm... Y quisiera compartirlo contigo - se agarraba el cuello con frecuencia al hablar, estaba nervioso.

Felicidades... Pero, estás seguro? - le pregunté.

Completamente... Me as ayudado mucho a lograr un mejor aprovechamiento de mis capacidades laborales... Siento que mis logros también son tuyos - dijo en un tono bastante bochornoso, pero eso dió un vuelco en mi corazón, sentí una calidez en mi pecho que hace mucho tiempo no sentía.

Pero... No creo sea correcto, yo estoy casado - la sonrisa que tenía ante la propuesta se había desvanecido.

Bueno, am... Toma, por si cambias de opinión - le entregó un boleto de avión y un flayer de hospedaje.

Rusia siempre trato de respetar las distancias que yo mismo marcaba, pero USA era otra cosa.

Le fui a ver ese mismo día a su área antes de salir para poder irnos juntos, pero me encontré conque tenía una hora de haber salido.

No soy tonto, en ese momento era conciente de los cuchicheos que sus compañeros.
Según lo que escuché, se había retirado junto a Filipinas, me sentía tan mal por ello que simplemente me importo poco el aguacero que había caído, caminé en dirección a mí casa.

Vi a Rusia bajar de un carro frente a mí, me puso su chamarra y me metió a su carro. No dijo nada en absoluto o yo no preste atención.

No reconocía el lugar por donde estábamos pero no me importa, en este momento me pueden matar y no me dolería, ya no.

Rusia me bajo con cuidado, me sorprendió que me cargará, cosa que me izo aferrarme a su camisa y soltar un quejido de sorpresa.
Me removí incómodo, queriendo bajarme y solté un jadeó al sentir como me apretó mi tracero con fuerza, me sonroje y el también.

Perdona, pero te puedes caer, estamos en las escaleras y puedes hacerte dañó - me dijo, mire al suelo efectivamente estábamos en escaleras, de echo estábamos en unas escaleras de servicio.

Que hacemos aquí? - le pregunté.

Soltó una carcajada nerviosa
- veo que no me hiciste caso en absoluto - me miró con cierta tristeza - te pregunté la dirección de tu casa para llevarte, pero no me contestaste y te vi soltar un suspiro, pensé que tal vez no querías ir a tu casa en ese momento, así que te propuse varios lugares para distraerse, pero ninguno contestaste hasta que te mencioné mi casa - dijo un poco apenado - hiciste ese sonido de afirmación cuando no quieres hablar o estás ocupado, por eso te traje aquí - paso una tarjeta por la puerta y se abrió automáticamente.
- bienvenido -

Destructivo amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora