Meyvan

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El piso está frío

Cada vez que mis pies descalzos hacen contacto con el, un escalofrío me recorre.

El sol aún no sale pero un ruido en el pasillo me ha despertado.

Camino sigilosamente; atenta a todo.

Las luces están apagadas pero aún así logro ver por dónde voy. Llegó hasta las escaleras y dudo si bajar o no. Tengo el corazón acelerado por el silencio que me rodea.

De pronto mis ojos captan una luz proveniente de la cocina. Lo que me anima a continuar.

Bajo los últimos escalones y tratando de hacer el menor ruido posible me acerco a la puerta de la cocina.

Aunque no estaba segura de que era lo que buscaba, me sorprende a quien me encuentro.

Ahí estaba él, Meyvan. Mi hermano.

No le había visto desde hace ya unos días. La última vez que le vi fue en el hospital cuando me visito junto a nuestra madre.

No se encontraba en casa ya que había salido de la ciudad.

Había escuchado que mamá no estaba de acuerdo con que fuera, ya que yo aún no estaba del todo bien pero al parecer él ya lo había planeado desde hace mucho tiempo.

El que fuera me alegro; no quería que se detuviera por mi culpa.

Estaba de espaldas a mí por lo tanto no me había notado

– ¿Acabas de llegar? – me atreví a preguntar

Vestía unos pantalones de algodón y una playera sin mangas dejando al descubierto su blanca piel, sus pies se encontraban descalzos y su cabello ligeramente mojado viéndose más oscuro de lo normal.

Inmediatamente giró tan bruscamente que el sándwich que sostenía su mano termino cayendo al suelo.

– Me asustaste – chillo ajitado, con una mano en el pecho agregando dramatismo.

No pude evitar sentirme avergonzada

– Lo siento no fue mi intensión – intenté disculparme.

– Que silenciosa eres – comento para después caminar hacia donde su sándwich había caído – No te oí llegar– continuo mientras lo levantaba

–Te ayudo a limpiar – me ofrecí tomando un pedazo de tela para limpiar el suelo

– No hace falta. Yo lo hago – amablemente me quitó la tela de la mano y se limito a limpiar –¿Qué haces despierta?- cuestionó mirándome por un momento

– Escuché un ruido y salí a ver qué era. Pensé que probablemente sería mamá

– Agradece que no fue ella, si no de lo contrario ya te habría dado un buen regaño para que regreses a tu habitación. Es muy tarde.

Me mantuve en silencio sin saber que contestar. No sabía cómo era mi mamá, ni él, ni mi padre. Todos eran como desconocidos para mí. Lo que en realidad me entristecía.

Puso la tela en el fregadero para poder lavarse las manos

– Deberías volver a dormir. El descanso ayudará a tu mente – dice volteando hacia mí.

– Está bien – concuerdo. Camino hacia la salida de la cocina y él  vuelve a ocuparse del sándwich – ¿Mamá ya sabe que regresaste? – pregunto antes de atravesar el umbral de la puerta.

– Aún no. La veré en la mañana

– Bueno. Hasta mañana– me despido

– Descansa Dizin – Menciona antes de que salga del lugar. Regalandome una dulce sonrrisa.

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⏰ Última actualización: Oct 28, 2021 ⏰

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