Mi TP2 de la uni

2 1 0
                                    


TP2

Era yo una niña de 8 años cuando me gustaba jugar, junto a mi hermanita, en la cancha de la residencia. En toda la residencia las únicas niñas de 6 y 8 años éramos nosotras 2, así que teníamos el lugar para cuando quisiéramos. Solíamos quedar exhaustas y sucias después de tanto corretear, pero al ser pequeñas ese era el mínimo de los problemas, no importaba estar sucias, importaba saber si nos dejarían entrar a la casa tan llenas de barro. Cosa que no pasaba.

Posterior a terminar las tareas del colegio, jugábamos, nos limpiabamos con el agua de la manguera y cuando estuvieramos secas entrábamos a la casa a cenar y dormir. Era divertido.

Mi hermanita y yo solíamos dormir en mi habitación ya que era más grande y tenía 2 camas. Ese día no fue la excepción. Al día siguiente teníamos que ir a clases, así que arreglamos las mochilas y uniformes, mientras veíamos la televisión. Al poco tiempo de ir a la cama y encender mi Purificador de aire quedo dormida; poco después vuelvo a despertar y empiezo a hablarle a mi hermana

Carla... -no hay respuesta- Carla, Carla, hey pss hey, Carla

¿Qué? -me pregunta alterada. La había logrado despertar. No paré de pensar que así no sonaba su voz.

¿estás despierta? -pregunté solo para molestar, y creí lograrlo, ya que me dió una cachetada que al sol de hoy no olvido. La mano que me la dió no fue la mano de una niña de 6 años. Jamás lo entendí- ¡HEY!

El golpe me dejó viendo al otro lado, cuando estaba por volver a verla para reprochar me encontré con mi hermana dormida e inamovible. No entendía nada, así que pensé en buscar ayuda, pero al voltear vi una masa negra fija en una esquina, casi al pie de la cama, sin explicaciones de cómo llegó o si se iría, solo estaba ahí.

Me aferré a mi hermana pensando y queriendo correr a la habitación de mis padres, pero no era tan fuerte como para cargar a mi hermana, y lo peor de todo... era que no podía dejar de verlo, sentía su mirada potente y estoica sobre mí, solo una palabra describe ese encuentro con dicha masa negra...

Pavor.

No sé cómo ni cuándo, pero sin dormir o despertar, me encontraba bajando las escaleras. Seguí haciendo lo que creí que estaba por hacer "ir a desayunar". Cuando me senté en la mesa solo podía centrarme en lo mucho que me dolía la mejilla, era un dolor que recorría toda mi cabeza, y deduje que el golpe si lo habría dado mi hermana, me resultó lo más lógico.

Cuando mi hermana bajó a desayunar la miré enojada, esperando a que tocara el tema, pero se veía muy tranquila, lo cual me molestaba. En vista de que ella no se iba a disculpar le mencioné lo sucedido, le dije que yo no había hecho algo tan grave como para un golpe que no me dejara desayunar bien.

Ella negó haberse despertado, mucho menos haberme golpeado.

Después de años del suceso, creo que esa masa negra de mirada intensa, solo la recuerdo yo.

Nota de autorWhere stories live. Discover now