𝐈𝐭 𝐇𝐮𝐫𝐭𝐬 | 𝐋𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐒𝐭𝐲𝐥𝐢𝐧𝐬𝐨𝐧

Dia 1*

It hurts — Día 1

How to save a life ~ The Fray

Durante muchos años, Louis ha estado aterrorizado ante la idea de estar solo. Le asustaba la idea de que sus padres lo dejaran durante un largo período de tiempo. No puede soportar el silencio de la casa ni siquiera durante una hora. El silencio lo mata y le hace creer que está realmente solo y que nadie volverá por él.

Dada la noticia, hace apenas dos semanas, de que sus padres se iban a un viaje de negocios de cuatro semanas, él tenía los ojos muy abiertos, el corazón latiendo y los pensamientos negativos pasaron por su mente. Las preguntas pasaron por su cabeza y salieron de su boca preguntando "¿por qué no puedo ir contigo?" o "pasa algo?" o tal vez incluso el triste "¿por qué me dejas?"

El asustado niño de ojos azules nunca había experimentado que sus padres se fueran por más de un segundo. Siempre tenían que vigilarlo y no le importaba. Le encantaba la atención que recibía de sus padres. Le encantaba ser hijo único (para que, por supuesto, pudiera recibir más atención). Pero también lo odiaba. Jay, su mamá y Mark, su papá, lo tratan como si fuera un bebé. Preguntarle cada minuto del día si "estaba bien" o si "necesita algo" que normalmente no hace.

Pero en días como este, todo lo que necesitaba era un abrazo y nunca dejar ir a su mamá o papá. Las lágrimas ya se habían formado en los ojos de Louis. Se acababa de despertar y estaba sentado en su gran cama. La razón de su gran cama fue por su Tourettes.

En las noches de insomnio, sus tics le afectaban. Se agitaba en su cama, a veces se ponía de pie y luego se volvía a caer sobre el suave colchón de espuma viscoelástica o arqueaba la espalda y se caía con fuerza, haciendo que su cuerpo rebotara un poco. Le habían comprado esta cama hace un tiempo cuando Louis no podía dormir. Debido a sus tics, por lo general se caía de las camas gemelas con la cabeza primero y tenía una conmoción cerebral, un hematoma o un corte profundo que necesitaba puntos de sutura o, a veces, grapas.

Una vez que esto se hizo más frecuente, mamá y papá decidieron comprarle a Louis la cama más grande. Aunque costaba más de lo que estaban dispuestos a pagar, mantuvo a Louis a salvo de más daños a sí mismo y a su cabeza.

Louis miró alrededor de su habitación y luego comenzaron los espasmos. Su cabeza apenas se echó hacia atrás, luciendo como si estuviera asintiendo con la cabeza a alguien que los saludaba. Sus manos comenzaron a temblar y los músculos de sus piernas se tensaron. Sus movimientos de cabeza se volvieron un poco ásperos, su cuello le dolía y le dolía, pero no se detenía. Se le llenaron los ojos de lágrimas, pero los cerró con fuerza y ​​las deseó de nuevo, queriendo no llorar por una vez y simplemente tomar el dolor con el que ha sido maldecido desde hace algún tiempo.

El Tic se cumplió solo unos minutos después, 5 minutos para ser exactos. Louis suspiró, frotándose el cuello con su mano todavía temblorosa. Se quitó las mantas de la cama y se levantó. Se apoyó en su cama, su cabeza dando vueltas dejando en claro que se levantó demasiado rápido. Gimiendo, se dirigió a su baño y comenzó a prepararse para el día.

Los primeros años de su Tourettes, sus padres tuvieron que ayudarlo a prepararse. Vistiéndolo, cepillándole los dientes, peinándole el pelo, lavándole la cara y abrazándolo mientras lloraba cuando aparecía un tic. Esa fue una rutina durante bastante tiempo hasta que Louis tuvo que hacerlo solo un día. Necesitaba aprender. Quería aprender y no sentirse inútil por una vez, solo quería tener el control de algo. Hacer su rutina matutina se volvió normal para él y el dolor en su pecho cuando no tenía a su mamá o papá para sostenerlo a través de un Tic se desvaneció lentamente a través del tiempo, días, semanas, años.

Louis se cepilló el cabello plumoso de color castaño claro y lo apartó hacia un lado. Se cepilló los dientes, contando mentalmente hasta 200, como haría su madre por él. Se lavó la cara, salpicó agua en cada centímetro de piel que tenía en la cara y luego se secó con una toalla para secarse.