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—Ah sigue así~ —gemía.
Estaba cansado, sus chillones gritos lo hacían querer estrellarla contra la pared.
El joven pasaba su mano debajo de la blusa de la chica. A pesar de querer asfixiarla, tenia que entretenerse.
—Phi lo haces tan bien~ —.
Después de entretenerse con ella un rato, debían volver a clases. No le preocupaba faltar, pero se quedaría sordo si seguía escuchando sus estúpidos gritos.
Era muy conocido en el instituto, su fama venia de lo popular que era. Entre las chicas, era lo mas popular. Todos sabían que alguna vez, todas han querido con el.
Y era cierto, el había estado con algunas, pero no mas. Su actitud, era lo que impedía a los jóvenes encararlo. Nadie había tenido el valor de hacerlo.
Hasta que la cualquiera lo hizo.
—Otra vez tarde joven Phi —el profesor, estaba enojado, y como no estarlo. El se burlaba de los profesor.
—Solo póngame retardo y se evita de un paro cardiaco —comento despreocupado.
El era un antisistema.
—Hablare con sus padres sobre su comportamiento! —echaba furia el mayor.
Por el contrario, solo rio, ¿cuantas veces ya lo había hecho?. No llevaba la cuenta, pero de que sirve, sus padres lo felicitan.
—Hágalo, me da igual —se burlo. Se adentro en el salón, sentándose en su banca, teniendo la mirada de sus obsesionadas.
Que fastidio.
Por otro lado, una joven, desarrollada para su edad, de cuerpo envidiado por todas, caminaba por los pasillos. Su paso era firme, ese uniforme le quedaba a la perfección, resaltando sus virtudes.
Se detuvo frente a una puerta, tenia que esperar a que le dieran el pase.
—Señorita T/A, me alegra ver que ya esta aquí —hablo el profesor, notando la presencia de la joven tras la puerta.
Una sonrisa se dibujo en sus labios, adentrándose.
