Mi Peor Error

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¿La casualidad será real o será mentira? Una de las miles de dudas que ha tenido Gustabo en estos últimos días, ya estaba bastante estresado y enfadado con la falta de paga en su actual trabajo que por cierto le valía casi la vida. Después de salvar al Superintendente de unos secuestradores solo había recibido quejas y alguna que otra burla, que todo aquello había sido planeado y que Jack Conway no había tenido un ataque cardíaco, todo eso solo para desacreditar y recalcar que son unos inútiles además de que seguramente no quería quedar como un débil.

Ya estaba harto de sus burlas y humillaciones pero qué más podía hacer, si pedía su dimisión seguramente tendrá una charla de una hora para luego recibir un porrazo y para casa, no había más solución ademas de que a Horacio le gustaba el trabajo de policía. Él solo buscaba hacer el bien pero en cambio, Gustabo solo quería el poder y hacerse respetar.

Después de unas semanas de ser unos parquimetros andantes finalmente lograron entrar a la policía pasando las oposiciones, aunque claramente Gustabo solo sabía decir 10-4 y 10-5 pero que más daba, después de todo Horacio de los sabía ya de memoria.

Al recibir un codazo en el hombro rápidamente giró su rostro observando a su compañero de trabajo el cual llevaba una sonrisa adornando su rostro, sabía la razón de la sonrisa pero claramente no le iba a preguntar pues no quería hacerle ilusiones al chico. Salió de los armarios llendo de camino a la armería para poder tomar sus armas correspondientes y finalmente salir a patrullar en binomio sin antes avisarle al Superintendente ya que no querían preocuparle. Luego de escuchar varias canciones en la radio del coche saltó una alarma de un código 3, encendieron la radio y confirmaron su presencia a pesar de ser unos simples alumnos aún.

Al llegar al lugar se aseguraron de hacer perímetro antes de comenzar a negociar, ya habían hecho esto antes asi que no estaban tan nerviosos. Se acercaron a la puerta apegando su espalda en la pared manteniendo su arma en mano viendo llegar de reojo al Superintendente en una moto policial, suspiró volviendo a centrarse en el negociador por si se le ocurría romper negociaciones aunque no fuera un gran problema pues tenía todas las de perder. No habían francotiradores y solo eran tres personas que posiblemente tendrían una pistola, aún así quería algo de acción pero sabía que a pesar de tener todas las de ganar seria el primero en caer y no quería llevarse las burlas de los demás, ni mucho menos la del superintendente.

Al salir los rehenes fueron rápidamente cacheados por si tenían algún arma o droga en los bolsillos, les dejaron libres al ver que no tenían nada y como la persecución ya iba a comenzar se montaron en su respectivos Z y al pasar el medio segundo pisaron pedal siguiendo a los atracadores de bastante cerca aunque en el momento de ir por la carretera casi le pierden el rastro de no ser por la moto del superintendente, que por cierto casi olvidaba que estaba ahí. Ya hace unos días que no hablaba con el señor Conway aunque tampoco tenían mucho de que hablar, después de todo siempre terminaría en discusión y porrazos a comparación de como era con Horacio.

Ya estaba un poco cansado de ver como Horacio era el que tenía la atención del gafitas y él no, no es que estuviera celoso si no que se sentía algo apartado, como si no hubiera lugar para él ahí y a pesar de sentir todo eso aún así seguía ahí pues no quería aburrir a los demás o parecer un débil con sus problemas por lo que tenía que aguantarse todo. Volviendo con la persecución, aquel coche deportivo ya había chocado con una farola dejando al conductor y a los pasajeros bastante mal heridos por lo que tuvieron que llamar a los EMS para que los atendieran y poder llevárselos a comisaría, se acercó a uno de los cuerpos para buscar el DNI de este sintiendo la mirada de alguien aunque no le pusiese importancia en absoluto, al encontrar el DNI leyó el nombre soltando un suspiro volviendo a poner el carnet donde estaba, se levantó parándose recto cruzandose de brazos mientras observaba como los EMS hacían su trabajo y al sentir una mano en su hombro se giró en busca de la persona que quería su atención encontrándose con el superintendente oyendo aquello regaños.

— ¿En qué mierda ibas pensando mientras manejabas? Casi atropellas a tres personas, rompiste un disco pare y subiste con el coche a la pista de peatones. – Suspira bastante pesado cruzandose de brazos y frunciendo el ceño.— ¿Qué cojones hago contigo? Anormal.

Simplemente se dignaba a mirarle, no sabía que decirle ahora mismo, estaba cansado y estresado por el trabajo que estaba teniendo últimamente, tenía que aguantar al viejo con complejo de Dios todo el día y a la gente que solo venia a tocar los cojones. Cada día pensaba que haber entrado en la policia fue un completo error, no era feliz en el CNP y los tratos que le daban no eran los mejores, no estaba contento.

— Lo siento. – ¿Qué más podía decir? No tenía más palabras, no tenía boberias que decir ni tampoco las ganas de hacer alguna.

Se giró nuevamente observando a los EMS aún sintiendo la mirada del sujeto a sus espaldas aunque la sentía distinta pero no sabría como explicarla de manera perfecta, tenía demasiadas ganas de salir corriendo de aquel lugar pero Mantenía su compostura y su seriedad. ¿Por qué cojones se había disculpado? No entendía nada ya.

Al llegar a comisaría llevó a los detenidos a que se sacasen la foto y ponerles los antecedentes correspondientes por aquel atraco anotando todo en la PDA que por suerte había querido funcionar. Estaba algo nervioso pues el superintendente le había estado siguiendo un buen rato haciéndole dejar a Horacio atrás aunque este estaba feliz por estar con Volkov a solas, suspiró terminando con aquel sujeto devolviéndole el DNI para seguir con el otro hasta sentir una respiración bastante cerca de su oreja aunque le restó atención pues pensaba que era cosa suya pero al oír la voz de Conway se sobresaltó levemente quedándose quieto. ¿Qué coño estaba haciendo ese viejo?

— ¿Está funcionando la PDA? – Preguntó estando algo apegado a la espalda de Gustabo aunque no lo suficiente como para tocar esta. — Hace unas horas estaba llendo mal.

— ¿En serio? Pues a mi me va de puta madre, creo que este aparato se está acostumbrando conmigo eh.

— Mmh.. Puede ser.

No sabía qué hacer, estaba nervioso por sentir tan cerca al Superintendente y no sabía el por qué ni qué estaba haciendo el contrario, él no era de esos viejos guarros y lo sabía pero la actitud que estaba teniendo el día de hoy le ponía bastante nervioso y no en el ámbito de violento si no de incómodo. Prefirió seguir con lo suyo ignorando la respiración y mirada del más alto terminando con la PDA llevándose a los detenidos a los calabozos siendo seguido por el señor de traje, al encontrarse con Horacio rápidamente se le acercó comentándole lo sucedido oyendo la risa de este haciéndole fruncir el ceño por la reciente burla.

— No sé qué habré hecho el día de hoy pero este viejo no me deja tranquilo..

Prefirió salir de servicio e ir a casa a reflexionar un poco lo que había sucedido el día de hoy, el superintendente había estado actuando extraño durante todo el día y no dejaba de mirarle ni de seguirle pero ni siquiera se dignó a dirigirle la palabra lo cual le confundía aún más y el “Quizá le gustas” de Horacio no ayuda mucho. El día comenzó fuerte y quizás lo mejor sería no decir nada del tema y dejarlo en el olvido, después de todo es el superintendente.

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¡GRACIAS POR LEER!

Por favor comenten si hay alguna falta ortográfica para yo poder corregirla, también están cordialmente invitados a decirme sus ideas sobre la historia ya que esta va siendo creada mediante pensamientos y acciones mías. Acepto ideas y críticas siempre y cuando vengan desde el respeto.

Sin más que decir, me retiro, baai <3

Déjame Intentarlo || IntenaboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora