Ya habían pasado unas cuantas semanas desde que conway estaba más pendiente de Gustabo, le parecía bastante extraño y se le era realmente incómodo el tener que trabajar de aquella manera teniendo al Superintendente pisandole los talones.Entró de servicio junto a Horacio, entraron a los vestidores para ponerse su respectivo uniforme policial, sabía que el de cresta estaba divagando un poco y se le notaba nervioso, decidió acercarse un poco tocando el hombro de este procediendo a preguntar el motivo de su actitud.
— ¿Qué pasa caramierda? Te noto distraído. – Ladeó su cabeza levemente mientras volvía a acomodarse su ropa, el cinturón del arma y la radio.
— No lo sé Gusnabo.. El comisario bombón es muy rudo conmigo eh. – Se le notaba cabizbajo y podía observar como se mordía el labio inferior a lo que por preocupación se le acerca nuevamente tomándole de las mejillas.
— ¿Y eso qué? – le mira fijamente a los ojos frunciendo su ceño. – Eres el puto Horacio hombre, qué importa aquí un jodido ruso de los cojones que además tiene la cabeza pequeña y no sabe apreciar al gran Horacio. ¡¿Qué haces con los problemas Horacio?!
— ¡LOS PROBLEMAS ME LOS COMO! – y nuevamente pudo divisar aquella sincera sonrisa sobre los labios del contrario, sintiéndose satisfecho de haberle hecho sonreír, le da unas palmadas en la espalda y vuelve a lo suyo.
— Así se habla coño. Venga vamos a currar que tenemos cosas que pagar.
Dicho y hecho, salieron de los vestuarios y procedieron a avisar por radio de su llegada y patrullaje en binomio, como siempre.
Luego de unas horas la fuerte voz del superintendente hizo resonar todas las radios de los policías en servicio, siendo obligados a realizar un 10-8. Al llegar a comisaría observó a los demás policías como estaban en una fila a la que rápidamente fue a posicionarse, por lo visto estaban pasando por una situación un tanto peligrosa así que tendrían que oír nuevamente los discursos del superintendente.
— Muy bien muñecas, moved el puto culo. Os quiero a todos con putas carabinas y a cada alumno con un oficial. – mencionó conway con aquella fuerte voz que podría llegar a hacer temblar a cualquiera.
Gustabo y Horacio se miraron los unos a los otros pensando en qué oficial les tocaría y esperaban que no fuera uno Gilipollas. Luego de ir a buscar unas carabinaa y chalecos antibalas, procedieron a buscar a su oficial que por suerte era Torrente, oficial con el que tenían bastante confianza ya.
— Buenas Torrente, ¿Qué tal? – comentó Gustabo estrechando la mano del oficial. – ¿Nos va a llevar en su patrulla?
— Buenas Gustabo, Horacio. Todo bien. – con una sonrisa amigable estrecha la mano del rubio. – Pues claro hombre, soy el oficial aquí y estoy al cuidado de vosotros.
Ambos rieron y salieron de comisaría, al menos con Torrente no se sentía tan apartado como lo era con su jefe. Cantaban, bromeaban e incluso bailaban dentro del patrulla, la estaban pasando de puta madre con aquel oficial hasta que un camión chocó contra su patrulla haciéndoles marearse al instante, se bajaron del coche para ver al conductor del otro camión pero una encerrona comenzó notando como varios hombres con mascaras salían apuntandoles con las que parecían ser armas largas.
Antes de subir en aquel camión, Torrente pudo lanzar un QRR a la radio que esperaba que algún policía hubiera podido oír. Finalmente luego de ser despojado de sus artefactos móviles y radios policiales, fueron esposados y encerrados en la parte trasera del camión. Preguntas y preguntas eran lanzadas al aire pero solo algunas eran respondidas.
ESTÁS LEYENDO
Déjame Intentarlo || Intenabo
Random- Gustabo.. - decía con cierta tristeza en sus ojos mientras observaba al contrario.- - ¿Qué pasa? - habló un poco tosco, cortante y algo frío, miraba igualmente al de gafas.- - ¿Por qué estás así?.. ¿Por qué te volviste así? - Oh Conway Conway.. To...