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imagina: erwin pierde un brazo, y terminan por decir lo que sienten sobre ciertas cosas.

nota: rose ha sido el nombre que escogí para la hija (que salió de mi imaginación) de erwin.

...

Tomó asiento en las piernas de su marido, pasando sus dedos suavemente por el masculino rostro de él, provocando que se relajara en la silla y que su cuerpo ya no estuviera tan tenso como antes.

—¿Entonces tienen una misión mañana?

—Sí. Deberías irte a casa —Hizo una pausa y abrió sus ojos, tomando la mano de su mujer—. Yo no podré ir hoy, me quedaré. Debo hablar sobre el plan que se llevará a cabo.

Ella suspiró, ligeramente cansada.

—Sabes que tienes una hija, ¿cierto? —Él asintió rápidamente—. Y que te extraña, ¿no? —se puso de pie, alejándose del rubio para ir al pequeño sillón del otro lado del escritorio.

—Estoy muy consciente de eso. Y sí, también extraño a la pequeña Rose, pero debo cumplir con mi trabajo como comandate de la legión —Apretó un poco sus labios antes seguir hablando—. Quizá este sea otro logro para la humanidad.

—Hmm, claro —musitó, pasando a ver el piso viejo de madera con cierto miedo y tristeza.

Temía por lo que sucedería el día de mañana, no quería que Erwin saliera lastimado o peor aún, muerto.

Sabía que el trabajo de él era sumamente peligroso y que en cualquier momento recibiría la noticia de que el amor de su vida falleció en batalla, estaba tan consciente de ello que lo odiaba. No obstante, ella decidió formar una relación con él, casarse y tener una familia a sabiendas de lo que Erwin le advirtió el mismo día que inició una vida junto a él.

La (c/c) se volvió a poner de pie y se acercó a su marido para besarle los labios antes de ir a buscar a su pequeña hija a casa de su madre.

—Ten mucho cuidado, cariño —peinó su cabello hacia atrás y luego pasó su mano a la mejilla de él, acariciándola con amor—. Espero que todo salga de acuerdo a como lo quieres —Sonrió y los brazos fuertes de Erwin se envolvieron alrededor de su cintura, pegando su cabeza en el pecho de ella. Le daba un abrazo de despedida, uno muy fuerte. Ella soltó una suave risa que sonrojó ligeramente al comandante de la legión—. Ya tengo que irme.

—Mmm.

No quería soltarla, pero debía.

—Tengo que buscar a Rose y mientras más tarde se hace, más peligroso es, Erwin.

Él sonrió, apartando su cabeza y brazos de su esposa, quien se encaminó a la puerta para ya irse.

—Por favor, dale a Rose de mi parte un beso de buenas noches y que lamento no haber llegado a casa.

Eso último dicho hizo que su corazón diera un vuelco y doliera como nunca. Oh, sus ganas de romper a llorar llegaron, pero debía abstenerse a no derramar ninguna lágrima para no preocupar al hombre.

Asintió con la cabeza, ya que sus cuerdas vocales estaban ardiendo a causa del nudo que se formó de inmediato, y que por ello, no se le permitió soltar ni una palabra porque estaba segura que sonaría rota.

𝘦𝘳𝘸𝘪𝘯 𝘴𝘮𝘪𝘵𝘩 , 𝘰𝘯𝘦 𝘴𝘩𝘰𝘵𝘴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora