Prefacio

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Informe
Los ocho capítulos serán publicados cuando hayamos conseguido el objetivo.
Mientras tanto espero que disfrutéis de este peculiar prefacio.

A LEER!

Fuego. Sus actuaciones y números sobre el escenario contenían la esencia de una brasa que asciende hasta convertirse en una llamarada ardiente. Cautivando a todo el público, ya fuesen hombres, mujeres o cualquier alma libre que se deleita con un talento natural. Su talento. De la misma forma en la que ese fuego crecía con cada suspiro arrancado del alma, caricias sin tacto y objeciones obscenas camufladas tras la dulce y débil tela que cubría su cuerpo, descendía.

Alejandra Lobos se había convertido en la bailarina exótica más solicitada del Diamond en tan sólo meses. Llevaba más de dos años entregando su alma al diablo y su cuerpo a las masas, pero seguía perteneciendo a una sola persona. A sí misma. Y eso... Eso había forrado su mirada oscura con un hierro tan duro que nunca nadie se había atrevido a propasarse.

—Buena suerte, Wolf. —susurró Galia. Su compañera.

Alejandra alzó la mirada enfrentando los ojos esmeralda de la morena. E incluso entre las largas pestañas postizas pudo distinguir la envidia.

—La suerte es para perdedores con tiempo para la fe, ternura. —con un esbelto dedo acabado en garra difuminó el carmín sobre sus labios. —Yo no necesito a la suerte. —aquella sonrisa demoníaca se ensanchó tanto que el diminuto cuerpo de Galia tembló levemente. —Ella me necesita a mí.

Galia desvió la mirada con disimulo hacia uno de los tocadores tras la pesada cortina de terciopelo. Nunca le había agradado la pelirroja. Alejandra era una mujer obstinada, extravagante, narcisista e incluso cruel en ocasiones con el resto de bailarinas. Y Galia era consciente de lo competitiva y rastrera que su compañera de oficio podía llegar a ser, de darse la ocasión. Todas, realmente, sabían que interponerse entre Alejandra y la fama en el club, era cruzar un camino lleno de afiladas espinas.

Wolf. El derivado en inglés de su apellido. Alejandra lo había escogido como nombre escénico y artístico por la inteligencia del animal. Aún que bien sabían sus compañeras que una zorra habría sido un apodo más adecuado.

Finalmente la pelirroja se irguió de la silla asignada a su enorme trasero, y sin apartar la mirada de Galia, le dedicó a ésta una sonrisa burlona. Consciente de la semilla de inseguridad que plantaría en la mente de la novicia.

Sus caderas se contornearon con una sensualidad capaz de arrancarle el aliento al cura más apegado. Sus pechos abundantes en carnes dejaban poco a la imaginación tras un sujetador rojo de tela transparente. Los pezones duros sólo indicaban lo excitada que se encontraba en aquellos momentos, completamente lista para la obra de arte que estaba dispuesta a llevar a cabo.

Tan hermosa y joven. Malditamente excitante y sensual para acaparar las miradas de hombres y mujeres dispuestos a entregar riquezas a cambio de contemplar los movimientos de una diosa. Y no. Ella nunca se había sentido menospreciada, utilizada o como un objeto. Le gustaba la reacción que provocaba en los presentes. Adoraba ver la lujuria en sus miradas siendo conscientes de que nunca podrían siquiera rozarla. Ninguno de esos bastardos merecía olfatear el tanga empapado por la gula. Porque su tanga siempre estaba empapado, y a diferencia de distintas creencias, olía a éxito. Sus fluidos eran éxito y dulzura. Elixir para dioses.

No importaba la competitividad. No importaba lo que todos ellos pensasen. Porque las únicas personas que habían disfrutado de su hermoso cuerpo sudoroso, subida a horcajadas sobre ellos y ellas, habían alcanzado el mismísimo cielo para acabar descendiendo al infierno con un clímax casi doloroso.

ESCORT; Dama De La OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora