Memorias Tristes de un Hombre Enamorado

Un reencuentro doloroso

3AM me desperté entre el frio de la mañana y mis desapacibles recuerdos agobiantes, recordando aquella fatalita situación; Aún en la incertidumbre, peleando con mi pensamiento sin concilio con la almohada, no logro entender lo que sucedió aquella noche donde la pasión se apoderó de todas las de todas las fuerzas de mi cuerpo.

Era su belleza, era su perfume, era su alma, todas esas frases luchando y atormentando mi mente, tratando de describir y detallar lo perfecto y embriagante de tu ser

Mónica: No estoy segura de que debamos continuar con esto; Es imposible estar el uno con el otro, estoy casada, arderíamos en las brasas del infierno, y en vida seríamos tratados de leprosos, susurro ella con dolor y tristeza.

Samuel: Yo sé que lo nuestro no puede tener lugar ni tiempo, pero aunque esto sea imposible no es sencillo dejar todo de lado así como así.

Mónica: Pues lo lamento, Samuel no pienso seguir más allá 

Samuel: Recuerdo sus palabras con tanto dolor, es una verdad que debo aceptar sin entender el querer tenerla y no poder.

4:00 5:00 am lo único que me acompaña es un café amargo

Samuel: ¡Dios! Se me hace tarde llegaré tarde por estar perdiendo mi tiempo. 

Samuel llega al café de su mejor amigo con un prominente saludo.

Samuel: Buenos Días

Carlos: Como estas Samuel, ya se me hacía raro no verte por estos lados. ¿Qué te sirvo?

Samuel: Un café grande

Carlos: (Entrega el café) Aquí tienes. ¿Dónde estuviste?

Samuel: Estuve lejos de la ciudad, necesitaba un poco de paz y tranquilidad y pedí un permiso en la compañía para ir a las montañas a recibir un poco de aire fresco.

Carlos: (Tono burlón) Hace años que le pido a mi jefa que me de unas vacaciones, pero no son vacaciones si tengo que ir con ella. 

Samuel: (Entre risas) Disfrute de su esposa mijo, no todos tiene la suerte de tener una mujer a su lado.

Carlos: Pensé que el aire fresco te había ayudado a olvidarte de ella.

Samuel: Yo también, pero parece que en los momentos menos esperados, reaparece su recuerdo como perpetuo castigo.

Carlos: ¿Desde cuándo no la ves?

Samuel: Hace un mes, pero parecen décadas. Desde que llegue padezco de insomnio y cuando consigo agarrar el sueño, me acuerdo de la última vez que nos vimos. (Sorbo de café)

Carlos: Nunca me contaste que pasó esa noche

Samuel: Quizá otro día, con más privacidad y algo bueno que tomar

Carlos: (En tono burlón) ¿Estas insultando mi café?

Samuel: (En tono Burlón) No te sientas mal, pero no sé cómo sobrevive este sitio con un café así.

Carlos: La verdad es que es mi esposa la que hace el café, pero no vino hoy.

Samuel: ¿Y ella cómo está?

Carlos: Bien gracias a dios, Ahora agarró un tema de que quiere ser bailarina y quiere que yo aprenda a bailar, tú sabes que yo me casé con ella porque estaba divorciado del oído.

Mientras Samuel le contaba a Carlos de sus vivencias en las montañas Josefina Va en camino a su trabajo cuando se topa con Mónica.

Josefina: (Con alegría e ímpetu) ¡Mónica! ¿Cómo ha estado? tiempo sin verte.