Parte única

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Cuando El Dios Mayor decidió crear el mudo antes de suicidarse, sus cuatro personalidades pelearon entre sí, la más sensata: Tierra, pidió un lugar estable, cálido donde criaturas hermosas pusieran crecer en felicidad; la más feroz: Fuego, quería un lugar que ardiera, donde solo los más fuertes fueran capaces de adaptarse; la más volátil: Aire, no dijo nada, pero dentro de sí deseaba que el mundo fuera ligero, donde pudieras flotar y perderte en la nada; la más callada: Agua, se mantuvo al margen.

El Dios Mayor, deseoso de acabar con su existencia de manera rápida, antes de soportar volver a fragmentarse, decidió romper su alma, y en cada pedazo de ella, una personalidad y con sus últimos alientos modeló un mundo lo suficientemente amplio como para abarcar las expectativas de sus personalidades.

Sus últimos alientos, se condensaron para dar forma a los cuatro emperadores, sus cuatro personalidades divididas por fin en cuerpos, su sangre se derramó convirtiéndose en los ríos y mares, su piel se desgarró hasta crear criaturas diferentes y sus dientes se fragmentaron y pulieron para formar diversas criaturas, algunas a la imagen y semejanza de los ahora, emperadores, que con un soplido cobraron vida.

Y cuando solo un atisbo de su mente quedó, los separó, para que no pelearan y pudieran cuidar cada uno de su territorio. Sin embargo no notó, que el alma de su cuarta personalidad se fragmentó en dos al momento de separarse y fue ocultado por las otras tres. En paz, el Dios Mayor se extinguió. Así como lo que mantenía unidos a las cuatro personalidades.

Tierra, Fuego y Aire festejaron su victoria, pero el alma de Agua se puso peor. Entre los tres decidieron que era lo mejor, si Agua no sobrevivía, nunca podría invocar de nuevo al Dios Mayor y su fechoría no quedaría al descubierto. Entre los festejos, decidieron deshacerse de Agua, pero poco sabían que sus almas al acercarse con intenciones asesinas, se repelían. En una asamblea decidieron la mejor opción: romper el alma de Agua, no moriría pero perdería sus recuerdos, su personalidad y lo más importante: Dejaría de sufrir. Así lo hicieron, aprovechando el estado fragmentado solo agarraron los bordes del alma y lo partieron en dos. Arrojaron una parte a la profundidad del mar y la otra a la parte más alta del mundo.

El mar arrulló un fragmento del alma, en el lugar al que pertenecía y como si la sangre del Dios Mayor aún supiera que esa pobre alma rota era parte de él, le construyó un cuerpo, más frágil que el de los emperadores, pero más fuerte que las cáscaras humanas. En la parte más alta del mundo, el frío condensó el alma y se pulió hasta hacer un cuerpo para ella.

Durante largos años, ambas partes del alma se curaron de manera distinta, hasta que por fin abrieron los ojos, con un solo deseo en mente: Encontrar lo que les hacía falta.

Cuando los emperadores celebraron cien años de existencia, un hombre de largos cabellos blancos bajó de las montañas, y con sus ojos azules brillando los llamó "hermanos". Al otro lado del mundo, un hombre sonrió, se tocó una parte del pecho y emprendió el camino.

Siglo I, 199 años desde la muerte del Dios Mayor.

—¿Te sientes bien, Tierra? —El hombre masajeó sus hombros y la mujer soltó un suspiro.

—Tengo un mal presentimiento. —gimió al sentir un callo contra su hombro desnudo— Ah, ¿puedes pasar a tu forma femenina? Tus manos son más suaves.

Fuego tarareo y pasó a su forma femenina, las manos calientes y suaves deshicieron el nudo tenso en los nervios de Tierra.

—Tal vez sea por que se acerca la fiesta de inicio de siglo, no te preocupes, todo va a salir bien.

—El alma de Agua sigue rota, y a pesar de que han pasado 99 años aún no sabemos que tanto recuerda esta parte del alma. ¿Crees que es bueno que él organice la celebración este año?

Alma rota (YIZHAN One Shot/ Au)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora