NOTA DEL AUTOR:
La siguiente historia fue creada con fines única y exclusivamente de entretenimiento, es una historia ficticia, no apta para personas sensibles, así que si no te gusta leer a cerca de muerte, sangre, psicópatas, sexo y cosas así mejor no leas porfis.
No soy escritora profesional, no me dedico a esto, lo hago porque me gusta hacerlo, si te llega a gustar lo que hago, genial, solo te pido que me dejes tu voto, y si no pues ya que, solo te pido que comentes, acepto con gusto las críticas constructivas.
Ahora si, vamos al primer capítulo.
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El penetrante, metálico y familiar olor a sangre amenaza con traerme de nuevo a un tipo de estado seminconsciente.
Sencillamente no entiendo nada, estos últimos días han sido solo confusión, no se exactamente qué fecha es hoy, si es lunes, jueves o domingo, eso dejó de tener sentido en el momento del secuestro, me cuesta trabajo crear una sola sucesión de pensamientos lógicos, quizá sea el efecto de las malditas drogas, o tal vez sea un mecanismo de defensa que mi mente implementa para tratar de sobrellevar este infierno.
Apenas abro los ojos me doy cuenta de que estoy en un lugar totalmente oscuro, parpadeo un par de veces con pesadez y no consigo enfocar, me concentro en las sensaciones de mi cansado cuerpo, trato de descifrar la situación, lo primero que noto es lo frío que es este lugar, ni siquiera me había dado cuenta del ligero pero constante temblor de mi cuerpo, percibo escalofríos espontáneos que me sacuden de una manera torpe, en cuanto intento mover mis manos me doy cuenta de que estoy inmovilizada, -¿Qué es esto?, ¿ahora qué?- me pregunto mentalmente aunque muy en el fondo me aterroriza obtener respuestas a esas preguntas.
Enseguida trato de mover mis pies pero no lo consigo, esto es una locura, mis manos se encuentran extendidas por encima de mi cuerpo, sostenidas de algún modo raro a una superficie que sospecho es un muro, mis pies de igual modo están sujetos a la misma superficie, pero se encuentran uno sobre el otro. Un dolor punzante empieza a ser perceptible, pero no logro ubicar exactamente a qué parte de mi cuerpo pertenece, me siento como si me hubiera arrollado algún vehículo, algo así entre entumecimiento y dolor. El olor a sangre se intensifica mas, y comienzo a asustarme al pensar que tal concentración de olor solo puede deberse a una cantidad considerable de líquido hemático, mi respiración se agita y mi pecho se dispone a subir y bajar por la expansión de mis pulmones en su cavidad torácica y detecto cierta dificultad para realizar ese movimiento, siendo realistas las posibilidades de que el olor penetrante a hierro sea de mi propia sangre es casi de 99% , en ese momento paso a un nuevo nivel de alteración y como si eso fuera poco soy consciente de la sensación de un liquido tibio recorriendo con lentitud mi antebrazo izquierdo, lentamente avanza en dirección a la cara interna de ese mismo brazo, -¡Mierda¡- es lo único que logró articular débilmente, porque ahora si estoy segura de que la sangre que huelo es mía.
Una fuerte sensación de vacío se instala en mi estómago, acompañada de nauseas y angustia, jamás había sentido tanto miedo en mi vida, muchas veces había pensado en como sería morir, pensaba que era algo morboso, aunque la muerte es un proceso inevitable, había imaginado cien maneras en las que podría ocurrir, hasta la edad en que ocurriría, no era algo que constantemente estuviera en mi mente, pero a lo largo de mi vida lo había pensado, y jamás me habría imaginado que sería de esta manera, no así, no por decisión de alguien mas, no sola y olvidada.
Trato de mirar a mi alrededor para ver si consigo ver en donde me encuentro, pero no logro ver mucho, mis ojos se han acostumbrado a la oscuridad, pero aun así no logro ver con claridad, intento hacer memoria de la última vez que estuve consciente, de el último lugar que vi con claridad pero no logro centrarme, el pensamiento de que estoy muriendo no me deja evocar a mi perfecta memoria, así que me rindo y opto por seguir tratando de averiguar visualmente donde estoy, miro hacia abajo intentando ver mis pies pero no lo consigo, la posición incomoda en la que estoy no me lo permite, así que solo observo de manera diagonal, me digo a mi misma que tengo que tranquilizarme si es que quiero seguir luchando por mantenerme viva, durante algunos segundos cierro los ojos y hago el intento de respirar profundamente aunque mis pulmones parecen haber reducido su capacidad a la mitad, consigo relajarme un poco y vuelvo a abrir los ojos, esta vez alcanzo a ver tenuemente que es una habitación algo reducida, no alcanzo a ver detalles, como el color de los muros o su altura, al parecer tampoco hay muchas cosas, pero no necesito luz para darme cuenta que es un sitio que al parecer lleva mucho tiempo abandonado, al echar otro vistazo me doy cuenta de algo que me pone de nuevo agitada y nerviosa, se trata de la posición en la que estoy, ya que al parecer de alguna extraña forma me encuentro sujeta contra la pared pero suspendida del suelo.
Inmediatamente mis alarmas se activan, las lagrimas comienzan a brotar y unos escalofríos simultáneos se apoderan de mi cuerpo, no puedo explicar el nivel en que esta escena me parece retorcida en demasía, y menos aún puedo creer que yo sea la protagonista de la misma.
No dejo de preguntarme -¿Porqué yo?, ¿Por qué a mí?-, me parece de lo mas irónico y de lo mas macabro que mis días vallan a terminar así, que después de todas las cosas tan horribles y grotescas que he tenido que soportar y el esfuerzo inhumano para mantenerme cuerda, mi vida valla a terminar así... en las manos de un psicópata.
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Si llegaste hasta aquí espero te haya gustado este capítulo, es corto pero es mas bien como una introducción.
Te agradecería mucho si votas o comentas, de verdad soy de las personas que necesitan de cierta motivación para seguir con algún proyecto, ya sea positiva o negativa.
GRACIAS
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RAPPORT
Teen FictionAlison es una chica universitaria apunto de graduarse de la carrera de Criminalística. Apunto de lograr su sueño de titularse llega a su vida Emil, un chico atractivo, inteligente y engreído, que le hará ver su suerte. ¿Qué tan irónica seria la vida...