Capítulo 1

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Mike recibe una bofetada de su padre, su madre observa con una expresión de preocupación y desprecio y Otabek observa desde atrás en completo silencio.

—¡No pienso permitir que mi hijo sea un maricon!— le grito furioso volviendo a golpearlo.

—Hijo...por favor recapacita...¿Como puede gustarte un hombre?...eso no es natural— sollozo su madre.

Mike se mantuvo en silencio, mirando a Otabek buscando alguna especie de apoyo más no lo consiguió.

—¡Voy a quitarte lo anormal a golpes¡— trato de volver a golpearlo pero su madre se interpuso.

—Por favor no sigas...él cambiará ¿verdad?...hablare con el pastor y el nos ayudara a curar su enfermedad— Mike se levantó molesto.

—No estoy enfermo...no necesito ver nada de eso porque no estoy enfermo...mamá, papá, Beka...por favor— miro hacia su hermano quien aún no decía nada.

—Hermano...por favor...— suplico el muchacho casi con los ojos llenos de lagrimas.

—Cállate...tu no eres mi hermano...mi hermano esta muerto ahora— respondió enojado.

Mike agacho la mirada y comenzó a llorar silenciosamente, luego su llanto pasó a ser risas nerviosas.

—¿Sabes?...realmente nunca espere apoyo de nuestros padres...uno esta loco y otro piensa que Dios es la solución a todos sus problemas...pero pensé que podía tener tu apoyo Beka...— Otabek trago en seco.

—Porque no solo eres mi hermano...eres mi mejor amigo...y sin ti no puedo seguir...lo siento por defraudarte— acto seguido saco un arma de la parte de atrás de su pantalón.

—¡NO!— no pudo evitarlo, su visión se volvió roja de repente.

Escuchaba el grito de su madre y el cadáver de su hermano tendido en el suelo, estaba en shock y simplemente se dejó caer al suelo.

[...]

—Era un muchacho tan bueno...lo siento mucho— dijo una amiga de la familia.

Su madre aceptaba el pésame llorando descontroladamente, su padre ni siquiera había asistido, y Otabek era el que realmente la estaba pasando mal. No podía sacarse de la cabeza la escena del suicidio de su hermano y más las últimas palabras que le dijo. Mike era su hermanito, su mejor amigo y la persona en la que más confiaba.

Su relación era tan estrecha desde el momento en que su madre lo trajo del hospital y ahora estaba siendo cubierto de tierra. Otabek se acercó a su madre para llevarla a casa, ella no dejaba de llorar pero ya estaba más tranquila.

—Mamá...es hora de volver...— le hablo dulcemente tratando de tranquilizarla.

—¿Sabes lo que más me duele?...tu hermano ahora mismo está sufriendo en el infierno...Dios nunca lo perdonara por desviarse del camino— Otabek tenso la mandíbula y se fue sin ella.

Subió al auto y comenzó a conducir sin rumbo alguno, en su cabeza no se dejaba de repetir esas palabras, debió haberlo ayudado pero en su compresión no podía entender como es que un hombre podía amar a otro hombre, eso no era algo natural o normal ¿Por qué su hermano se había convertido en eso? Si tan solo se hubiera comportado normal, su familia no estaría tan rota y no estaría muerto ahora.

¿Por qué debía de comprender su situación? ¿Por qué debía de comprender que su hermano era gay? ¿Acaso su hermano no pudo comprender porque era malo ser gay?

Solo eran preguntas que se hacía tratando de liberarse de la culpa, y estaba pensando que funcionaba.

Sonrió tratando de sentirse mejor y de repente todo se volvió oscuro, no supo cuanto tiempo estaba pasando, simplemente veía todo oscuro y no podía mover ningún musculo, solo escuchaba las voces de los demás.

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