Liar

Capitulo 1

Capitulo 1

-- ¡Mami!

Un largo quejido salió de mis labios al escuchar la voz de Mina llamarme cerca mío. Mis ojos se volvieron pesados tratando de acostumbrarse a la cantidad de luz solar que traía la habitación.

Solo constaron un par de segundos para visualizar la presencia de mi hija observándome atentamente.

-- Cariño no tienes porque hacer eso, se que estas aquí-- le di un suave beso en su frente sentandola en mi regazo adecuadamente sin deshacer la mirada atenta encima-- Hoy no hay escuela bebé, ¿Porqué te has levantado temprano?.

-- Papá llamó a tú telefono-- Se acomodó más a mi pecho llena de felicidad.

Hace más de tres años me separé rotundamente del padre de Mina y como a cualquier niño, no entendía con exactitud lo que pasaba a su alrededor. Volviéndose alguien difícil de lidiar en casa y la escuela. Pero al ser padres tratamos de darle una explicación adecuada para su edad a esos berrinches eternos, alguna solución del porque papá no regresaba a casa.

Fue difícil no lo negaré, sin embargo la ayuda de una especialista experta en estos casos usuales familiares pudieron resolverlo a tiempo, ahora ese pensamiento de volver a tener a sus padres juntos es algo pasajero.

Aunque a veces en su mirada soñadora revela lo mucho que desea volverlo realidad.

-- Oh, cuéntame ¿a dónde te llevará?--acomodé algunos de esos cabellos rebeldes mañaneros prestándole la respectiva atención. Porque a veces cuando no recibia la requerida atención hacia unas rabietas terribles que ni yo podia controlar. Mi madre me repetía excesivamente en mi adolescensia que pagaría por cada coraje dado, ahora lo entiendo.

-- Supongo que al parque, pero ahora llevara a Matías a nuestras salidas-- arrugo su ceño y se cruzó de brazos al mismo tiempo-- No me agrada cuando Matías esta ahí, es un mocoso estúpido.

Oh si, Henry se comprometió otra vez con una nueva ingresante a su trabajo tras un año de nuestra separación. Meses después la chica llamada Chloe salió embarazada, y eso por obvias razones a Mina no le agradó aquella noticia, sobre todo al percatarse que un nuevo niño ingresaria a la vida de su padre. 

-- Cuida las malas palabras Mina-- reprendí suavemente mientras me levantaba de la cama lista a dirigirme hacia la cocina y preparar el desayuno antes que viniera Henry a recoger a Mina con el estómago vacío.

Escuchaba perfectamente unos pasitos juguetear en la sala, suponia que era esa pequeña diablilla acomodando sus pertenencias o decidiendo cuales juguetes llevaba a la casa de Henry. Sin embargo no me esperé un abrazo sopresivo de mi hija en mis piernas logrando asustarme por segunda vez consecutiva.

-- Carajo... Mina no hagas eso--le digo en tono más fuerte que el anterior, ella me miró arrepentida alejándose a sentarse en su sillita rosa cerca a algunos metros suyo. Usualmente no era de la idea de reprender o gritar a Mina pero esto fue espontáneo.

La silla se subió automáticamente a una altitud como la tendría cualquier asiento en una persona adulta, y Mina quien posteriormente presentaba un puchero arrepentida ahora tenía dibujada su sonrisa desmuelada devuelta.

-- Iba a disculparme mami-- infló sus mejillas continuando el relato-- pero mami también debería disculparse por decir malas palabras también

Claro,ahora esa niña queria utilizar psicologia conmigo, ja

-- Yo soy persona adulta Mina, puedo hablar malas palabras pero no puedes repetir-- me defiendo de inmediato.

-- Ohhhhh,...o sea cuando sea grande ¿podré hablar esas malas palabras que dice la vecina Mellissa a su esposo?-- Era obvio que esa niña es tan astuta que siempre dice las cosas convenientes a su propio beneficio, obviamente esa inteligencia es parte mía.